Estos son los fallos más comunes de tu coche que no te dejarán pasar la ITV
Todos los coches están obligados a pasar por la Inspección Técnica de Vehículos, la ITV. Una prueba que pasarán por primera vez a los cuatro años de su matriculación. El índice de aprobados es alto, si bien es cierto que las estadísticas nos dicen que uno de cada cinco coches que pasa la prueba suspende. Pero, ¿sabías cuáles son los fallos más comunes que debemos revisar bien antes de la operación?
Pasar la ITV requiere dar todo el mantenimiento necesario
Hablamos entonces de que cada cierto tiempo, dependiendo del tipo de vehículo, los conductores deben enfrentarse a un trámite imprescindible para todo coche: la Inspección Técnica de Vehículos (ITV).
Como sabemos, es no es más que una cita obligatoria revisa la parte técnica y legal de los vehículos para certificar que se cumplen con los estándares mínimos de seguridad y que se respetan las leyes medioambientales vigentes.
Es así que conocer los fallos en ITV nos ayudará a verificar nuestro vehículo con mucha más consideración antes de ir a la inspección. Para conseguirlo en la primera, lo mejor es estar siempre al día con las revisiones mecánicas. Y por supuesto darle al vehículo todo el mantenimiento necesario para prevenir posibles inconvenientes.
A qué debemos atender
Como tal, el procedimiento, en caso de suspenso por defecto grave o muy grave, siempre es el mismo: arreglar la avería y pasar de nuevo la Inspección. La mayoría tienen que hacer este camino por fallos que, a la larga, suelen ser más recurrentes de lo que parecen.
Es por esto que, tanto si se trata de un coche más moderno o de uno que ya tenga años a sus espaldas, es recomendable que antes de pasar la ITV se haga una revisión general de todos los elementos más importantes. Así evitaremos que la ITV sea rechazada y tener que volver posteriormente.
Fallos en el sistema de luces y alumbrado
La suma de defectos leves y graves por alumbrado o señalización cada año suele ascender a más de 8.540.000, según datos del Ministerio. Son los fallos más frecuentes en todos los vehículos, pero también los más fáciles de arreglar.
En la ITV comprueban fundamentalmente dos funciones: observan que todas las luces (de cruce, de posición, las antinieblas, las de los frenos…) estén bien y que el reglaje sea el correcto. A partir de ahí, el fallo más común es que alguna esté fundida o que sea de un color diferente al reglamentario.
Neumáticos con mal dibujo
El estado de los neumáticos es otro de los fallos más comunes. El buen estado de este elemento es de vital importancia para garantizar la seguridad del conductor porque son el punto de contacto entre el coche y el asfalto. Según la Ley, los neumáticos de un mismo eje deben ser del mismo tipo, tener las mismas medidas y el dibujo igual, esto último de lo que más suelen revisar. Es por eso que debemos asegurarnos de que las dimensiones sean las indicadas de acuerdo al certificado técnico oficial de tu coche.
Para mantener el estado de los neumáticos se deben controlar de forma periódica los niveles de las presiones y practicar una conducción responsable sin pasar los límites de velocidad y evitando acelerar y frenar de forma brusca.
Deformaciones en el exterior
El mal estado de la carrocería del vehículo puede suponer la suspensión de la ITV, por eso siempre es importante mirar que todo esté en su sitio, aunque nos parezca que todo esté en orden.
Y es que el problema no viene de arañazos, sino de deformaciones en los paragolpes, los espejos retrovisores o incluso en los faros. En esta prueba también se revisa que la carrocería no tenga ninguna superficie cortante, ya que supondría un fallo grave.
Los frenos no funcionan bien
Que los frenos no funcionen correctamente pone en riesgo tanto la seguridad del conductor como del resto de vehículos. Es por esto que durante la inspección de la ITV lo que se hace es utilizar una máquina la cual se la conoce como frenómetro.
Para ello, se coloca el vehículo en una plataforma y se detecta cuál es la fuerza de frenado, la diferencia de ejes y la posible fluctuación que tenga el vehículo en movimiento. Los técnicos te guiarán durante la inspección de cómo tenemos que realizar esta prueba así que no debemos preocuparnos. Igualmente, este es uno de los puntos habituales por los que no se aprueba la ITV.
Exceso de emisiones contaminantes
Los vehículos suspensos por exceso de emisiones contaminantes crecieron a altos niveles en los años, siendo una prueba que se mira con suma atención.
En ella, los operarios de la ITV utilizan dos sistemas para medir las emisiones. Inspeccionan, por un lado, los vehículos Euro 5 y Euro 6, conectando una máquina electrónica que es el que avisa del fallo; y por otro, los Euro 4, a los que se les introduce una sonda por el tubo de escape. A partir de aquí, los operarios detectan si hay defectos o no.
Lo más común en este tipo de casos es que se deba a la válvula EGR, pues los coches diésel generan mucho hollín y este abarrota las válvulas, aunque también se puede arreglar de otras formas, como mediante una regeneración, que es bastante barato (aproximadamente 30 euros) hasta que, en los coches más modernos se deba a que esté roto un filtro que hay en el tubo de escape que evita que las partículas gordas salgan a la atmósfera. En su caso, el arreglo puede irse hasta los 1.000 euros.