El último anuncio por parte de Movistar en el que confirmaba que invertirá 1.200 millones de euros para desplegar de forma masiva su red de fibra óptica deja a los operadores alternativos un único camino a seguir: la inversión en su propia red o aunar esfuerzos en el despliegue.
La semana pasada conocíamos la intención de Movistar de reforzar su apuesta por la creación de una amplia red de fibra óptica que dentro de unos años permita ofrecer a 7 millones de hogares sus conexiones de 100 megas. El operador se encuentra en estos momentos en pleno despliegue de esta red de nueva generación que cuando concluya el presente 2012 dará cobertura a 3 millones de hogares en nuestro país.
El plan de la compañía es aportar 1.200 millones de euros de modo que a finales de 2015 la mitad de los usuarios españoles tengan opción de contratar en sus hogares algunas de sus conexiones de banda ancha ultrarrápida. Por ahora ofrece 50 y 100 megas, pero es de esperar que dentro de unos años haya alguna modalidad más de conexión como los 200 megas para quienes necesiten más velocidad y quizá alguna opción por debajo de los 50 Mbps que busque enganchar a la fibra a hogares con menos presupuesto para contratar banda ancha.
Con este panorama, es de esperar que Movistar consiga recuperar parte de la cuota de mercado que había perdido en los últimos años. Como están confirmando las últimas notas mensuales publicadas por la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), la fibra está permitiendo al operador histórico no ceder terreno ante los alternativos como sucedía, por ejemplo, un año atrás. Incluso ha sumado balances positivos de clientes gracias a las conexiones más veloces, por lo que poco a poco podría seguir creciendo hasta el punto de consolidarse con la mitad de la cuota de mercado de la banda ancha.
El anuncio de Movistar, como era de esperar, no ha gustado entre los alternativos. La semana pasada desde Vodafone y Orange se avisaba de los riesgos de la vuelta a un monopolio por parte del operador histórico si no se regulaba la situación con medidas como la supresión del límite de 30 Mbps para acceder a una oferta de acceso mayorista de fibra asequible.
Sin embargo, por mucho que los alternativos pidan a la CMT que actúe para evitar situaciones de monopolio la inversión en nuevas redes se plantea como el camino a seguir para competir con Movistar. Por ahora Orange ha sido quien ha anunciado una mayor inversión en fibra para los próximos años y en los próximos cuatro años se prevé que llegue a 1,5 millones de hogares gastando 300 millones de euros, unas cifras algo alejadas de las anunciadas por Movistar. Jazztel también ha iniciado pruebas piloto, pero su cobertura es mínima.
Compartir redes, la opción más probable
Por ello, no es descabellado, y desde los propios operadores así lo saben, que los alternativos unan sus fuerzas de algún modo y coinviertan en una red de fibra óptica compartida. Esta podría ser paralela a la de Movistar e incluso ha sonado la opción de una colaboración con el operador histórico, algo que aceleraría en gran medida el despliegue de la banda ancha de alta velocidad en nuestro país. Sea de esta forma o como se dice «haciendo la guerra por su cuenta», los alternativos solo tienen como opción invertir en nuevas redes si quieren seguir creciendo en este mercado.