La pérdida de cobertura de móvil en Baleares y Canarias por el parón en la instalación de 1.275 nuevas antenas y el cuestionamiento administrativo o judicial del 55% de los 2.950 repetidores existentes tiene en alerta al sector turístico. Teme que la carencia de redes de telefonía móvil fiables frene el desarrollo del turismo residencial.
La banda ancha tampoco sale bien parada, a Canarias no han llegado las ofertas de 20 megas porque la tecnología ADSL2+ todavía no se ha desplegado en las islas. Las modalidades de ADSL también pagan su insularidad ya que ofrecen menos velocidad que en la península debido a la distancia.
(Cinco Días) Las campañas contra el despliegue de nuevas antenas celulares y las denuncias administrativas y judiciales contra los repetidores existentes, han situado la cobertura para el uso de la telefonía móvil al borde del colapso en dos territorios turísticos de primer orden en España: los archipiélagos de Baleares y Canarias.
El avance imparable de las zonas de sombra (en las que los terminales celulares y las tarjetas de red de los ordenadores portátiles sufren cortes sistemáticos de conexión) son tan habituales, que los operadores, los fabricantes de equipos de telecos y las patronales hoteleras y de agencias de viajes en Baleares, han mantenido contactos para estudiar la situación.
Fuentes empresariales solventes ofrecen cifras alarmantes que describen de forma cruda la intensidad del parón en el despliegue de las infraestructuras imprescindibles para asegurar el servicio en el territorio de ambos archipiélagos.
El número de antenas desplegadas en este momento en Baleares es de 1.430. Durante los tres últimos años, el incremento de la tasa de penetración del servicio, sumado a la incorporación de las tecnologías multimedia, exigían la instalación de 175 nuevas antenas según el estándar GSM y 350 según el estándar de tercera generación conocido como UMTS. Pero tal despliegue nunca se ha hecho realidad.
En lugar de haberse acometido esta inversión, el camino se ha seguido en sentido contrario. La presión que ejercen los colectivos opuestos al mantenimiento de las infraestructuras celulares y la tibieza o complicidad de muchas corporaciones municipales, han provocado que un 65% de las 1.430 antenas instaladas se encuentre cuestionada por vía administrativa o judicial. En todos estos casos existe algún peligro de que el repetidor pueda ser levantado o paralizado.
Canarias
La situación en el archipiélago canario no es mejor. El número de antenas instaladas asciende a 1.500. Las necesidades de nuevos repetidores para cubrir el crecimiento y la adaptación tecnológica se estiman en 150 nuevos repetidores de GSM y 600 de UMTS. El parque de antenas ya instalado que está afectado por algún tipo de reclamación ascienden a 700. En este territorio las inversiones no realizadas superan los 100 millones de euros.
Tanto Baleares como Canarias son comunidades en las que existe una penetración de la telefonía móvil muy alta con índices en los que el número de líneas operativas supera a la cifra de habitantes. Además, soportan un incremento del tráfico de conexiones móviles estacionales, como consecuencia de su atractivo turístico, que es muy superior a la mayoría del resto de los territorios nacionales.
Fuentes de los operadores celulares estiman que los ingresos por itinerancia internacional (conexiones de móviles en las que interviene también la red de una operadora de fuera de España) en ambos archipiélagos suponen un tercio de la facturación realizada en España por este tipo de operaciones.