La buena salud de las telecomunicaciones se ha convertido en una de las excepciones destacables a nivel de negocios en España. A pesar de la fuerte crisis económica, el número de conexiones de banda ancha fija se ha disparado en nuestro país. El móvil también ha crecido, aunque en menor medida.
Octubre de 2007. La Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (hoy dentro de la CNMC) informaba de los registros que marcaban las distintas compañías de ADSL y móvil. Algunos no imaginaban por entonces que se trataba de uno de los meses previos a lo que se ha venido a denominar la crisis económica que ha destruido millones de empleos y ha dejado muy tocadas a un gran número de familias españolas.
Por entonces, según los datos del regulador se contabilizaban 7,7 millones de conexiones de banda ancha fija. La inmensa mayoría contaban con tecnología ADSL, acaparando los operadores de cable 1,6 millones de las mismas sin que se registrasen conexiones de fibra óptica. La situación seis años más tarde es muy distinta.
Según la última nota mensual, de octubre de 2013, el número de conexiones fijas ha aumentado hasta los 12,1 millones. Esto supone un aumento del 58% en cuestión de seis años, precisamente los años en los que más empleos se han perdido y el poder adquisitivo de muchas familias se ha reducido drásticamente. Además, observamos que la fibra óptica ha ido ganando presencia hasta sumar más de medio millón de líneas.
La situación es cuando menos llamativa, pero responde a varios factores. Por un lado nos encontramos con la importancia que ha ganado el acceso a Internet entre los usuarios por las posibilidades y servicios que les ofrece. Incluso la búsqueda de trabajo se realiza a día de hoy de forma mayoritaria a través de la Red. Estas nuevas necesidades han llevado a los ciudadanos a resistirse a abandonar su conexión.
A su vez, cabe destacar la capacidad de los operadores para adaptar sus precios a la situación. Aunque sigue considerándose cara, la banda ancha en España también ha vivido su particular guerra de precios gracias al auge de los alternativos. El despegue de las ofertas convergentes desde 2012 es un ejemplo de ello.
El número de líneas móviles también crece
En el sector móvil la situación no es tan llamativa pero también se ha producido un aumento en el número de líneas y la competencia se ha disparado. En octubre de 2013 se contabilizaban 49,3 millones de líneas y seis años más tarde se ha crecido hasta los 52 millones, con especial mención en este punto a las líneas con banda ancha móvil. A su vez se destaca el mayor índice de portabilidad que sucede fundamentalmente por el factor precio, ya que el consumidor se preocupa más por buscar una tarifa más económica y acorde a sus necesidades. La entrada de los OMV y sus tarifas low cost y su impresionante crecimiento en cuota de mercado en apenas dos años es la mejor prueba de ello.