Estamos acostumbrados a salir a la calle y ver a casi todo el mundo con un smartphone en la mano, siendo Samsung y Huawei las marcas más habituales. Hace unos años la cosa era parecido, pero entonces lo más era tener un Nokia. La compra de la marca finlandesa por parte de Microsoft se vio como la gran oportunidad para convertirse en un gigante imparable, sin embargo, la firma de Redmond tiró casi 6000 millones a la basura con su compra y estuvo a punto de echarlo todo a perder. Ahora, ya fuera del control de Microsoft, Nokia quiere volver a ser grande. Esta es la crónica de un fiasco y una resurrección.
Nokia ha sido durante muchos años el gigante de los móviles, aunque es posible que los más jóvenes no lo recuerden con claridad. Todo se empezó a torcer en el año 2007, momento en que Steve Jobs daba a conocer el iPhone. Ahora se sabe que ese móvil de la manzana mordida lo cambio todo y muchos no supieron adaptarse al nuevo juego que acababa de empezar sin ellos saberlo.
El concepto smartphone no fue una cosa fácil de asimilar por muchos fabricantes y Nokia, pese a los importantes esfuerzos con Symbian o Maemo (MeeGo), no se adaptó al mercado empezaba a tener al iPhone como referencia. También fue sonada su reticencia a adoptar Android, sistema operativo que a la postre ha terminado triunfando y encumbrando a fabricantes como Samsung.
Y es que, el mercado de los móviles ha cambiado mucho en los últimos 10 años. El iPhone marcó un punto de inflexión y después llegó Android para dar las herramientas necesarias a muchos fabricantes para triunfar. Hoy en día es imposible imaginar a un fabricante haciéndose camino en este mundillo con algo que no sea iOS o Android, con sus centenares de personalizaciones y capas.
El apoyo de Microsoft tampoco sirvió para colocar a Nokia donde estaba hace unos años atrás. Pese a lanzar buenos terminales, Windows Phone no era lo que necesitaban para cerrar la brecha abierta con respecto a otros fabricantes. La ausencia de aplicaciones, al menos en comparación con iOS y Android, no ayudó en ningún momento.
Finalmente, los de Redmond se quedaron con Nokia en el año 2013 y esa es una historia que ya nos suena más reciente. La finlandesa tuvo una capitalización bursátil de 200.000 millones en 2007, mientras que Microsoft terminó pagando algo más de 5.000 millones. Una comparativa de cifras que daba muestras de la realidad.
Sin embargo, lo que os hemos contando es un simple aperitivo de la apasionante y controvertido historia de Nokia. Nuestros compañeros de MovilZona han realizado un amplio reportaje analizando todas las fases de su historia reciente, donde nos cuentan los pormenores de la caída a los infiernos y la resurrección. No os podéis perder Cómo Microsoft tiró 5.500 millones (y algo más) a la basura con Nokia contado paso a paso.