La Unión Europea ha iniciado una comisión de investigación para determinar cuál es la probabilidad de colisión que existe entre los drones y los aviones tras casos recientes en Reino Unido y Francia donde los drones interferían con el espacio aéreo de aviones de pasajeros. El objetivo es analizar todos los factores de riesgo para determinar si hay que adoptar nuevas medidas con el objetivo de proteger vidas humanas a la hora de evitar accidentes.
Aumenta preocupantemente el número de avisos de pilotos de aviones que transitan por el espacio aéreo europeo, acerca del avistamiento de drones en vuelo cerca de las aeronaves, durante las maniobras de despegue y aterrizaje, y Europa quiere estrechar el cerco para evitar correr riesgos innecesarios. Un nuevo grupo de trabajo ya se encuentra desarrollando un informe que publicará a finales del mes de julio y del cual se extraerán conclusiones al respecto de las medidas necesarias a adoptar.
Este grupo de trabajo lo componen entre otros los propios fabricantes de aeronaves y motores, quienes son conscientes del riesgo de que una de estas pequeñas aeronaves no tripuladas se introdujera en el interior de una turbina de avión en pleno vuelo.
Primeros casos de incidentes con drones y aviones en Europa
Hace unos días el Gobierno británico afirmaba que no era posible determinar con seguridad que el pasado mes de abril un dron hubiera impactado realmente contra el fuselaje de un avión de British Airways, tal y como afirmaba el piloto de dicha aeronave procedente de Ginebra, en la que viajaban 132 pasajeros a bordo. Independientemente de si se trata de una maniobra de las autoridades de Reino Unido para calmar a la opinión pública, lo que Europa pretende ahora es acotar las libertades a la hora de usar los drones y limitar su vuelo de manera más eficiente si fuera necesario.
En Francia también se vivió un caso similar el pasado 19 de febrero, cuando un avión Airbus A320 de la compañía Air France procedente de Barcelona, estuvo a punto de colisionar con un dron al aproximarse al aeropuerto Charles de Gaulle de Paris, a una altitud de 5.500 pies. El incidente fue calificado como “grave” por las autoridades, aunque por fortuna no hubo que lamentar más daños.