A la hora de adquirir un drone, algo que probablemente más de uno ya hayáis hecho o estéis pensando hacer en estas fechas tan señaladas, uno de los apartados que hay que tener en cuenta, entre otros muchos, es aquel que hace referencia a la cámara.
Este es un componente muy atractivo en este tipo de dispositivos ya que nos permitirán, además de volar el gadget, que es precisamente el principal objetivo de los drones con cámaras, grabar desde el aire todo aquellos que nos rodee. En el mercado existen, como ya muchos sabéis, multitud de modelos dentro de una amplia variedad de precios y características.
En el caso de que tengamos pensado hacer uso de las posibilidades que nos da una cámara en un drone, será de gran importancia la elección de adquirir un modelo con cámara incorporada de serie o comprar una posteriormente e instalarla por nuestra cuenta. Sin embargo antes de tomar esta decisión hay que tener en consideración varios aspectos. En primer lugar hay que tener en cuenta que si compramos un aparato de los considerados baratos, es decir, por debajo de los 50 euros, lo más probable es que si después tenemos pensado instalarle una cámara deportiva tipo GoPro, lo más probable es que no pueda levantar el vuelo con ella, al menos de manera eficiente y estable.
Es evidente que antes de empezar a preocuparnos por el hecho de acoplar una cámara de mejor o peor calidad, es preferible tener cierta experiencia en el vuelo de estos gadgets, ya que las cámaras en ocasiones son elementos bastante frágiles y un golpe por accidente en pleno vuelo no es muy recomendable. Una vez hayamos aprendido bien a volar, hay que tener en cuenta el tipo de uso que vamos a darle a la cámara. En el caso de que no vayamos a pasar de grabar los alrededores en plan amateur y realizar montajes posteriores para uso personal, los drones de gama baja/media con cámara incorporada de calidad aceptable, son más que suficientes, como es el caso del Syma X5C.
Por el contrario, si necesitáis drones con uso profesional y necesitáis que la cámara de serie esté acorde a vuestras exigencias, como no realicéis una inversión por encima de los 600 euros, lo más probable es que el dispositivo de captura de vídeo os decepcione. Por ello en estos casos es preferible comprar un drone de tipo medio con un coste de entre 200 y 300 euros y adquirir una buena cámara por separado. Dos ejemplos para este caso podrían ser el Syma X8 o el Cheerson CX20, que pueden cargar con una GoPro sin problema alguno. Y claro, los bolsillos más abultados siempre podrán decantarse por modelos más avanzados y profesionales con unas cámaras de garantías, como sucede por ejemplo con los drones de Yuneec o el DJi Phantom 3, aunque aquí ya hablamos de precios que rondan o incluso superan con creces los 1.000 euros. Conoce todas las normas, requisitos que hay que cumplir y multas por volar un drone e imcumplir la normativa.