Con la publicación por parte de la DGT (Dirección General de Tráfico) de la normativa que incluye todos los requisitos necesarios para que los vehículos autónomos puedan realizar sus pruebas y ensayos en carreteras abiertas al tráfico en nuestro país y con la prueba que el grupo PSA Peugeot Citroën realizó hace poco más de una semana con uno de sus prototipos de coche autónomo completando el trayecto entre Vigo y Madrid con una conducción completamente automática, España se convierte en uno de los primeros países que apuestan por el desarrollo de las tecnologías que hacen que los vehículos sean completamente autónomos.
Algo que sin duda tenemos muy cerca, puesto que varios fabricantes de automóviles como Toyota, Mercedes, Nissan o PSA han confirmado que las primeras unidades comerciales de este tipo de vehículos se esperan para el año 2020. Por lo tanto, a falta de poco más de 4 años, es momento para que la legislación de estos particulares vehículos se vaya fijando.
Seguro que todos os habéis preguntado ¿quién tiene la responsabilidad en un accidente con un coche autónomo?. Pues bien, parece que la cosa no está todavía muy clara ya que la DGT no se ha pronunciado al respecto, pero lo que se parece inevitable es que la llegada de estos coches que son capaces de conducir de forma autónoma va a provocar un cambio en la normativa vigente.
En este sentido, son muchas las partes involucradas, ya que tanto el propio fabricante, los conductores, empresas gestoras de las infraestructuras o las propias aseguradoras tendrán mucho que decir. Por su parte, el fabricante es quien dotará al vehículo del hardware y software necesario para realizar una conducción totalmente autónoma y ante un fallo en sus sistemas lo más lógico es que los daños que se ocasionen con el accidente serán reclamados por parte de las compañías aseguradoras al fabricante.
Pero lo cierto es que éste a su vez, podrá pedir responsabilidad al fabricante del hardware o software que ha dado origen al fallo y que como consecuencia ha provocado un accidente. Pero aún puede entrar un factor más en esta complicada ecuación y es que las empresas responsables de las infraestructuras también podrían tener su parte de culpa o no, ante un desvío provisional por obras u otros imprevistos.
En esta complicada combinación de responsabilidades es posible que el conductor tampoco se libre de su parte de culpa, ya que a pesar de que el vehículo circule en modo automático, es posible que en determinadas situaciones pudiera ser quien pueda evitar un accidente. Parece que a pesar de que se espera que el número de accidentes disminuya considerablemente con la llegada de los vehículos autónomos, ya que en un gran porcentaje de los actuales el culpable es el conductor, aún hay mucho que definir y concretar para establecer una legislación que deje bien claro de qué es responsable cada una de las partes involucradas. ¿Qué ocurrirá con los seguros de los coches autónomos, estarán por las nubes o por el contrario serán mucho más baratos?.