La empresa de transporte colaborativo BlaBlaCar está muy confiada respecto al desenlace de la demanda que Confebús instó contra recientemente y no tiene miedo a un cierre de su actividad. Desde la empresa no creen que estemos ante un nuevo caso “Uber” y defienden su modelo de negocio como una alternativa legal a los servicios de transportes de viajeros convencionales. Por el momento el escenario de la suspensión del servicio no entra en los planes de BlaBlaCar.
El 1 de octubre viviremos un nuevo capítulo decisivo para el desarrollo de actividades que plataformas como BlaBlaCar ofrecen a sus usuarios para viajar en coches de terceras personas compartiendo los gastos del desplazamiento, con la vista del juicio por la demanda contra la empresa. Aunque la predilección de este tipo de servicios en detrimento de otros más tradicionales como los taxis o los autobuses lleva provocando un largo debate desde hace ya un tiempo, por ahora los transportistas profesionales se han anotado pequeñas victorias como la prohibición en España del servicio de Uber.
El caso de BlaBlaCar aunque guarda similitudes podría tener diferencias clave que eviten que la justicia decrete su prohibición, como ha indicado Jaime Rodríguez de Santiago-Concha, responsable de la empresa para España y Portugal, en una entrevista concedida a EFE. Desde BlaBlaCar están “bastante tranquilos” porque son una red social, no un medio de transporte destinado exclusivamente a esa actividad. Ese punto es vital para defender los derechos de la plataforma al ser comparado con el caso Uber, ya que la única relación según Rodríguez de Santiago-Concha es que “tienen que ver con el coche y con las tecnologías móviles”.
BlaBlaCar no ha tenido problemas legales hasta la fecha
BlaBlaCar pone en contacto a conductores que vayan a hacer un viaje, con otros usuarios que se desplacen al mismo punto, de forma que puedan compartir los gastos del trayecto en común. Es algo que desde la empresa defienden que se ha hecho toda la vida y que gracias a esta herramienta social permite conectar de forma más fácil a las personas que requieren ambas cosas: ahorrar costes por un lado y desplazarse a otra ciudad por el otro. Además la empresa limita la aportación máxima a solicitar por el conductor y las plazas ofrecidas para evitar el ánimo de lucro.
Otro de los puntos que BlaBlaCar destaca es que a pesar de esta operando en 19 países, no han tenido ningún problema con la justicia hasta la fecha y confían que en España se mantengan esta tónica a pesar de la demanda de Confebús les pueda obligar a suspender la actividad.
¿Pensáis que la demanda contra BlaBlaCar prosperará?