Google quería acabar con la compatibilidad universal de las webs, pero le han frenado

Google quería acabar con la compatibilidad universal de las webs, pero le han frenado

Alberto García

Google Chrome es prácticamente sinónimo de web en la actualidad. Es el navegador más utilizado, y la propia Google colabora y propone cambios para mejorar la World Wide Web. Sin embargo, uno de los cambios que proponía iba demasiado lejos, y el W3C Technical Architecture Group (TAG) lo ha bloqueado.

Google es conocida por intentar perjudicar a la competencia para mejorar su cuota de mercado. Por ejemplo, Microsoft afirma que tuvo que abandonar el antiguo Edge basado en EdgeHTML porque no podían estar al día con todos los cambios que Google introducía en el código de webs como YouTube, los cuales se iban añadiendo a Chromium, pero impedía que sus competidores pudiesen estar al día. Otro ejemplo lo tenemos con el códec AV1, donde intentaron registrar algunas modificaciones para convertirlo en algo propietario de ellos, pero finalmente no lo consiguieron.

El TAG frena la última propuesta de Google

Ahora, Google quería cambiar la forma en la que los navegadores determinaban si una cookie u otro recurso vienen de la misma web a la que el usuario ha navegado o si provienen de otro sitio. Este sistema, llamado First Party Sets (FPS), proponía que, si varios dominios pertenecían a la misma empresa, como por ejemplo Google.com y Youtube.com, éstos podrían ser agrupados en el mismo «set» a la hora de anunciarse al navegador.

Después de haber estado más de dos años analizando la propuesta, el TAG ha decidido denegarla porque este cambio podría suponer un perjuicio tanto para los usuarios como para otros navegadores. Para los usuarios, el compartir el mismo grupo con otros dominios podría implicar que, si por ejemplo le damos permiso a Google para acceder a nuestro micrófono, YouTube también lo tendría. Google se defendió diciendo que no lo harían, pero el TAG exigió que en la propuesta debería detallarse más cuál sería el efecto en las políticas de privacidad.

En segundo lugar, está el hecho de que cada navegador web tendría que tener su propia lista de webs que compartirían permisos, lo que obligaría a desarrollar apps distintas para cada navegador. El sistema también añadiría más capas de complejidad a la web, algo de lo que se quejaron tanto Apple como Mozilla.

Desde Apple, Maciej Stachowiak, preguntó sobre cómo sería posible prevenir que dominios que no están controlados por la misma empresa afirmen estar relacionados entre sí. Una empresa de anuncios podría hacer que sus principales editores entrasen en un grupo para recuperar algo de capacidad de rastreo.

Google ya estaba probando FPS y una función derivada

Por todo esto, el TAG ha determinado que la propuesta de los First Party Sets puede ser perjudicial para la web y que debilita el propio concepto de origen, un pilar clave en la estructura de las webs. Además, añaden que esto beneficiaría a las «grandes empresas que controlan la implementación y los servicios», donde no mencionan directamente a Google, pero dejan caer que ellos son los que se verían beneficiados.

La función de First Party Sets está actualmente en pruebas en Chrome 89 para desarrolladores, pero no llegará a la versión estable. El TAG alerta también sobre la inclusión de nuevas funciones que dependan de ella, como SameParty Cookies, que también ha sido incluida en pruebas en Chrome 89, y que reduciría la cantidad de cookies que los usuarios tienen que aceptar al entrar por primera vez en webs de la misma empresa.