El procesador y la memoria RAM son dos de los elementos más importantes a la hora de determinar el buen funcionamiento de nuestro ordenador o teléfono móvil. Un buen equilibrio entre ambos componentes, garantiza que el rendimiento pueda ser óptimo. Pero en ocasiones ni un elemento ni el otro son utilizados por completo en nuestro equipo. Con la intención de sacarle el máximo partido, aquí aprenderemos qué debemos hacer para usar toda la RAM y los núcleos del procesador en Windows 10. De esta forma, sabremos aprovecharlos al máximo y las prestaciones de nuestro ordenador aumentarán.
En el caso de los procesadores, vemos cómo cada día están incluyendo más cantidad de núcleos. Por defecto, cada uno de estos núcleos suele ir encomendado a una tarea determinada. Si el número de núcleos es mayor, la lógica nos dice que dicho procesador es más potente. Esto no admite género de duda. No obstante, no siempre se asegura así el máximo de los rendimientos.
Hay otros factores que también hay que incluir en esta operación. No todos los programas son capaces de aprovechar al máximo un procesador, ni tampoco de hacer uso de todos sus núcleos para realizar las tareas. Por ejemplo, si instalamos una aplicación que solo está capacitada para tirar de un núcleo, un procesador de dos núcleos será más efectivo que un procesador de cuatro núcleos a velocidad menor.
En cambio, cuando el programa puede hacer uso simultáneo de varios núcleos, no habrá ninguna duda. En este caso, la aplicación terminará antes sus tareas con el procesador de cuatro núcleos, incluso aunque estos sean más lentos.
Pasos para usar toda la RAM y los núcleos
A partir de aquí, vamos a centrarnos en una guía que hay que seguir para sacarle todo el potencial a nuestro ordenador y su máximo rendimiento. No se necesita tener conocimientos adicionales de informática, pues un usuario básico puede seguir todos los pasos sin perderse. Además, hay que tener claro que el aumento de los núcleos del procesador y la RAM no supone ningún riesgo para el equipo, siempre y cuando se use con total moderación y se apliquen los ajustes recomendados. Sin más dilación, vamos a comenzar.
Usar la configuración del sistema
La herramienta Configuración del sistema nos permitirá darle solución.
- Para ello, tendremos que arrancar en primer lugar el cuadro Ejecutar. Lo hacemos a través de la tecla Windows + R. De igual forma, si escribimos Ejecutar en la barra de inicio de Windows podemos llegar al mismo sitio.
- Ahora, en la barra tendremos que escribir msconfig y le damos a Aceptar o a Enter. Entonces se nos abrirá el panel correspondiente.
- Una vez dentro de la ventana de la Configuración de sistema nos encontraremos con varias pestañas. Nosotros pincharemos en la de Arranque.
- Ahora, bajo el cuadro central se nos presenta el botón Opciones avanzadas. Clicamos sobre él.
En esta nueva ventana es donde se encuentra ni más ni menos el quid de la cuestión. Tanto la configuración de los núcleos como de la memoria RAM están en este mismo apartado.
En el primer caso, si queremos que todos los núcleos se activen, deberemos mantener desmarcado el cuadro Número de procesadores. Igualmente, esta opción es válida si en un determinado momento queremos activar una cantidad determinada de núcleos y no todos. En este caso, debemos marcar el recuadro y sobre el desplegable, elegir qué núcleos del procesador activamos.
Cuando lo hayamos hecho, ahora nos vamos a la derecha. Ocurre lo mismo que en el caso anterior. Si la casilla se mantiene sin marcar, estaremos ordenando al sistema que dedique a las tareas correspondientes la totalidad de la memoria RAM.
Si marcas el recuadro Cantidad máxima de memoria, tú mismo podrás configurar manualmente el número. Por tanto, si ves que la RAM no se encuentra dedicada al máximo, teclea la cantidad total de MB que tu sistema soporta.
Te ponemos un ejemplar práctico como el de la imagen inferior. Si tiene un ordenador con 6 GB de memoria RAM, deberás multiplicar esta cifra por 1.024 (6 x 1.024 = 6.144). Esta es la cifra más alta que puedes introducir en la casilla. Puede hacerlo también con las flechas.
Una vez que hayas establecido todos los parámetros pincha en Aceptar y habrás terminado el proceso.
¿Se deben activar todos los núcleos del procesador?
Por tanto, es evidente que, si estamos en igualdad de condiciones, lo más recomendable es tener activados todos los núcleos de nuestro procesador. Y es que lo mínimo que podemos hacer si tenemos una buena CPU, es aprovechar al máximo toda la potencia que nos ofrece.
Actualmente, los sistemas operativos como Windows tienen todos los núcleos del procesador activados por defecto. Sin necesidad de que nosotros configuremos nada e instalemos un procesador u otro, Windows 10 detectará todos los núcleos y les dará uso. En versiones anteriores como Windows 7 y Windows 8, la tendencia era desactivar automáticamente algunos de estos núcleos si no estaba siendo utilizado.
Pero debemos tener algo más en cuenta. Aunque se dé el caso que hemos descrito en el párrafo anterior, es posible que Windows 10 desactive o reorganice los núcleos en función de sus necesidades de rendimiento. Aunque no es algo común, a veces podemos notar bajada de prestaciones en nuestro ordenador. Esto puede deberse a que alguno de los núcleos esté desactivado.
De hecho, tal y como hemos señalado previamente, el rendimiento del procesador viene también a depender de la configuración de una propia aplicación, que puede no estar capacitada para la tecnología multinúcleo.
¿Y qué ocurre con la memoria RAM?
En el caso de la memoria RAM ocurre algo similar. Este elemento carga y almacena todas las órdenes que ejecuta la CPU. Es decir, permite a los programas y aplicaciones realizar sus tareas dentro de ella por decirlo así.
Es posible que la RAM puede tener limitada su dedicación porque así está configurado por defecto al instalar Windows 10. Otra posible razón por la que toda la RAM no se use al máximo es porque el sistema dedique una parte a una tarjeta gráfica. Este suele ser el motivo más común. No obstante, la gráfica no suele llevarse a unos recursos extremos (entre 8 y 128 megas). En caso de que tengamos una RAM muy limitada, como por ejemplo de 2 GB o menos, sí podríamos notarlo a la hora de ejecutar ciertas tareas. No obstante, si nuestra RAM es de 4, 6, 8 o 16 GB, esto no debería ser mayor problema.
Aquí, el conflicto pude venir con el sistema operativo. Si tenemos instalada la versión de Windows 10 de 32 bits, este no será capaz de usar más de 4 GB. Por tanto, si nuestra RAM es de 6 u 8 GB, tendremos una parte de la memoria desaprovechada. No pasa esto con la versión de 64 bits, que tolera más recursos de la RAM.
Esto es muy fácil de comprobar. Tan solo tendremos que recurrir a las especificaciones de nuestro sistema operativo. Podemos hacerlo de varias formas. Una de ellas es escribiendo en la barra de búsqueda de Windows Panel de control. Después nos iremos al apartado Sistema y Seguridad. Finalmente, nos decantaremos por la opción Sistema.
Aquí podremos ver la capacidad de nuestra memoria RAM instalada y qué parte es utilizable.
Comprobaciones en caso de error
Es posible que cuando tratemos de configurarlo, Windows no nos deje usar todos los núcleos y la memoria RAM al completo. Esto lo podrás consultar fácilmente en el Administrador de tareas, donde puedes ver qué parte de la memoria está reservada para hardware, y cuánta memoria utilizable tenemos. Sumando ambos valores deberíamos tener una cifra en MB que coincida con el total de nuestro equipo, siendo la reservada para hardware la que se está usando.
El hecho de tener una parte importante sin usar puede deberse a:
- Que algún módulo de la RAM sea defectuoso, o que este no haga un buen contacto en la ranura correspondiente de la placa de nuestro PC, o que no esté instalada en el orden correcto. Lo podemos solucionar extrayendo dichos módulos y volviéndolos a colocar procurando que hagan un buen contacto y que estén limpios de suciedad. Igualmente, también podríamos tratar de variar el orden de colocación para ver si el fallo proviene de esta circunstancia.
- Por otro lado, debes saber que para que la RAM funcione en plenas facultades los módulos deben ser iguales y tener la misma capacidad, o podría no funcionar correctamente.
- Tal y como os comentábamos al principio, tendremos que asegurarnos de que ningún programa de los que tenemos instalados en nuestro equipo esté reservando RAM para el uso de vídeo.
A través de la configuración de la BIOS vamos a poder comprobar el uso de memoria compartida para la GPU. Como solución podemos probar a resetear la configuración de la BIOS al estado de fábrica, o actualizar el firmware de esta. Igualmente, si no lo has hecho ya procura actualizar el resto de controladores de hardware del equipo.
¿Por qué los núcleos no están activados por defecto?
Ahora mismo te estarás preguntando por qué los núcleos de Windows no están activados por defecto y por qué somos los usuarios los que debemos de habilitarlos para sacar una mayor productividad a nuestros PC. Esto no suele ocurrir en los nuevos sistemas operativos, como Windows 10 yo Windows 11, que contienen las características necesarias para ello. Pero otros más antiguos, como Windows 7 o Windows 8 sí que tendría más sentido aplicar el método de activar los núcleos.
Windows se autogestiona solo
Dependiendo del uso que le vayas a dar a tu procesador, será necesario activarlos o no. Por lo general, puedes hacer una comprobación para ver si tu ordenador es capaz de mejorar al activar todos los núcleos, pero realmente Windows 10 y Windows 11 tienen la suficiente capacidad como para autogestionarse sin que se deba tocar ningún ajuste.
Lo cierto es que al habilitar los núcleos estamos sometiendo a nuestros ordenadores a un sobreesfuerzo que en condiciones normales no llega a realizar, pero esto no quiere decir que estemos cometiendo un error, porque realmente estamos activando un recurso adicional que no tiene ningún riesgo. En este caso, lo que estamos haciendo es aprovechar toda la potencia del procesador y que todo fluya de una manera mucho más suave.
Sin embargo, también hay aplicaciones básicas que no requieren del uso de varios núcleos para funcionar a máximo rendimiento, es decir, que Windows se basará en si es necesario o no aumentar el número de núcleos para hacer que un programa se ejecute debidamente.
Reducción de vida útil de tu PC
No obstante, si no te consideras un usuario asiduo a realizar el procedimiento de overclockear tu PC con el aumento de RAM y núcleos de procesadores, te recomendamos precaución extrema y que sea un amigo o familiar quien lleve a cabo esta tarea. Los componentes del tu PC son muy sensibles y en el momento en que incrementes la potencia puede llegar a saturarse y entrar en fase de sobrecarga. De hecho, los chips de la memoria RAM son muy delicados y cualquier incremento podrá suscitar fallos de rendimiento al ejecutar ciertos programas. De esta manera, la placa base también podría resultar perjudicada y obtener daños severos, cosa que no debemos permitir, puesto que es uno de los elementos clave para el buen funcionamiento de tu ordenador.
Por otra parte, el problema de convertir tu ordenador en un equipo más potente desde los ajustes de su memoria de procesamiento es que éste pueda dar señales de sobrecalentamiento y lo más recomendable es que fuerces la memoria RAM en momentos puntuales que lo requiera para así no reducir la vida útil de tu PC.
Compatibilidad de aplicaciones
Por consiguiente, también existe el problema de compatibilidad con las aplicaciones, por lo que pueden ocurrir fallos al querer usarlas si se habilitan todos los núcleos. Uno de los errores más frecuentes es que se produzcan cierres repentinos mientras estás trabajando con un programa concreto, e incluso el ordenador podría llegarse a apagar por completo si nota al estar usando más memoria RAM de lo que deberías. Sin ir más lejos, Windows es la primera que ha confirmado que este tipo de situaciones es más habitual de lo que se piensa y se pueden experimentar graves problemas de rendimiento en cada programa que usas si se aumenta demasiado la memoria RAM. En estos casos, donde más solemos pasar el tiempo es jugando a videojuegos o usando programas exigentes, como es el caso de la edición de vídeo y foto.
Si te está afectando en cualquiera de estos casos y notas que el rendimiento del PC es más lento de lo normal, lo que debes hacer es volver a disminuir la RAM de tu equipo y evitar que el alto volumen de lectura pueda deteriorar el funcionamiento de los demás componentes.