El que fuera hasta hace bien poco la gran alternativa a Internet Explorer, Mozilla Firefox, se está jugando en estos momentos su futuro. El contrato que le unía a Google ha expirado, y ahora todo depende de una renovación cuyo principal escollo tiene un nombre: Chrome.
Hace tres años, Firefox daba su impulso definitivo para consolidarse, por entonces definitivamente, en el sector de los navegadores, e incluso convertirse en la gran alternativa al otrora dominio aplastante de Internet Explorer, obligando a Microsoft, a partir de entonces, a poner más empeño a la hora de cuidar y actualizar su navegador; lo que, por otro lado, no le sirvió para frenar su caída.
La razón principal de este impulso radicaba en el acuerdo que en ese 2008 firmaron Mozilla y Google, por el que éste se convertía en el principal buscador de Firefox, y, por tanto, su máxima fuente de ingresos. De hecho, aunque Mozilla mantiene acuerdos con otros buscadores como Bing, Yahoo o Amazon, la compañía de Mountain View ha aportado a aquélla una media del 85% del total de sus ingresos en los dos primeros años de vigencia. Un acuerdo, pues que ha resultado muy beneficioso pero que ahora puede volverse en su contra, ya que dicho contrato tenía una duración de tres años, habiendo expirado el pasado mes de noviembre.
En un principio, parece lógico pensar que el acuerdo acabará por renovarse, pero existe un agente que podría poner en peligro dicha renovación; un factor determinante que en 2008 no estaba presente: Chrome, el navegador de Google, que por entonces era tan sólo un proyecto y que hoy en día se ha convertido en el segundo más utilizado entre los internautas, superando al propio Firefox. Además, el gigante norteamericano ha mostrado a todas luces su intención de volcarse totalmente con su navegador, preparando masivas actualizaciones, para consolidarlo como la gran alternativa a IE.
Ello podría pasar también por eliminar la competencia por ese segundo puesto, por lo que no extrañaría que Google decidiera no renovar su contrato con Mozilla, lo que pondría en serie peligro la continuidad de Firefox. De hecho desde Mozilla guardan silencio al respecto en estos momentos lo que podría sugerir que, cuanto menos, el acuerdo de renovación aún no ha llegado, si es que están negociando.
Es cierto que existen alternativas a Google, y los buscadores con que aún mantiene acuerdos tienen bastante presencia, pero perder más de un 80% de ingresos puede mermar cualquier empresa hasta niveles críticos. ¿Qué decisión tomará Google? Está claro que si Firefox llegara a desaparecer, Chrome encontraría entre sus usuarios una clientela potencial muy amplia para experimentar un gran crecimiento. Pero por otro lado, sería asestar un duro golpe a quienes, al menos durante tres años, han compartido muchas afinidades en cuanto a la manera de entender la navegación, y, sobre todo, un rival común: Internet Explorer y el monopolio de Microsoft.