Cuando te hagas con un flamante iPad 2, o renueves tu vetusto móvil por un espectacular iPhone, piensa que el 99 por ciento de la factura que has pagado en el producto, y por tanto los impuestos que genera, no se queda en España, sino que Apple lo factura en Irlanda (que, por cierto, hoy 17 de marzo celebra su patrón: San Patricio).
El mecanismo es algo enrevesado. Las cuentas de Apple en España muestran que las ventas se dispararon en el ejercicio cerrado el 30 de septiembre de 2010 hasta niveles récord. La cifra de negocio creció un 44% en plena crisis. Sin embargo, la filial española de Steve Jobs, a pesar de que el iPhone y el iPad han arrasado en España, apenas ha facturado 14 millones de euros. ¿Cómo es posible? La estratagema es clara, la delegación española funciona como una especie de comisionista. Es decir, es como un agente externo que lo que hace es «representar» a la verdadera empresa de Apple que está ubicada en Irlanda. De esta manera Apple Marketing Iberia parece una empresa española a todos los efectos fiscales cuando en realidad no lo es. La causa estriba en que las ventajas mercantiles de Irlanda son claramente superiores a la españolas. Los datos oficiales, publicados por el diario El País, hablan de una cifra neta de negocio de 13,9 millones de euros sobre 1.400 millones de ventas.
De hecho Apple Marketing Iberia, según informan en el citado diario, «la sociedad actúa como soporte de ventas y proveedor de servicios de publicidad, de modo que no comercializa productos adquiridos, sino que recibe una comisión del 1% por las ventas obtenidas para el grupo, excluyendo las ventas por Internet, a la vez que repercute gastos por los servicios que presta a dicho grupo».
Para entendernos Apple Marketing Iberia recibe un 1% de comisión por su trabajo, porcentaje con el que se cubren los gatos de personal y edificios. De esta manera en vez de obtener 100 millones de euros de beneficio y tributar por ello su correspondiente 30%, hará lo propio de sus 5.8 millones de beneficios obtenidos por la «delegación» española.
Al otro lado, es decir en Irlanda, Apple Sales International, tributa solo por un 12.5%. Ahora bien, ahí no queda todo ya que, según la información de el diario El País, hay empresas como Google que se montan ingenios financieros para eludir incluso los impuestos irlandeses. Parece ser que la ruta del dinero pasa de Iralanda a Holanda, pasando por Luxemburgo.