Los móviles resistentes al agua y a los golpes, un arma de doble filo para los fabricantes

Los móviles resistentes al agua y a los golpes, un arma de doble filo para los fabricantes

Redacción

¿Han llegado para quedarse o son una moda pasajera? Nos referimos a los nuevos smartphones con mayor resistencia a los golpes y a las pequeñas inmersiones acuáticas. La tendencia hace pensar a priori que los fabricantes han apostado de lleno por estos dispositivos, pero varios aspectos llevan a pensar en lo contrario.

En los últimos meses hemos visto el lanzamiento de varios terminales que entre sus virtudes está su alta capacidad de resistencia al agua y a los golpes. Tal es el caso de la gama Xperia Z de Sony a la que respondió más tarde Samsung con su modelo S4 Active. Ambos cuentan con la certificación IP57 e IP67 que les permite sumergirlos en agua al máximo de 1 metro de profundidad y con 30 minutos como tiempo límite.

Sin embargo, las últimas reflexiones sobre su garantía llevan a pensar que este tipo de dispositivos podrían conllevar grandes quebraderos de cabeza a los fabricantes. A diferencia de los móviles sin estas características, se complica el hecho de saber si un terminal se ha estropeado por defecto de fábrica o por descuido del usuario. ¿Hasta qué punto puede saber el fabricante las inmersiones acuáticas se han realizado ajustándose a sus condiciones? En el caso de los móviles sin este certificado todo es más sencillo, puesto que si se detecta que se ha sumergido es culpa directa del usuario y no lo cubre la garantía.

Incluso, dentro de los propios puntos de la garantía de los fabricantes se encuentran contradicciones. "La garantía no cubre defectos o daños resultantes de accidente, mal uso, uso anormal, almacenamiento incorrecto, exposición a líquidos, humedad, suciedad, arena, polvo o estrés inusual físico, eléctrico o mecánico", se puede leer en los términos del S4 Active. En cambio, a la hora de publicitar el terminal, Samsung insiste en su resistencia al polvo y al agua, lo que parece bastante incoherente. Por ello la firma surcoreana estudia cómo modificar esta garantía, aunque la solución no parece sencilla.

En el caso de la garantía del Xperia Z, se señala que "no está diseñado para flotar ni trabajar sumergido en agua fuera del rango de clasificación IP55 o IP57 por lo que no se debe exponer a ningún producto químico líquido". "Si se activa la detección de líquido en el teléfono o la batería, la garantía quedará anulada", sentencia. En esta línea se espera que Samsung cambie sus términos.

Dado que estos terminales tienen una cuota de mercado baja respecto a otros móviles súper ventas las averías se pueden tratar de una forma más específica. Si se aplicasen estas condiciones a smartphones más vendidos, los fabricantes podrían verse desbordados ante las reclamaciones de sus usuarios, lo que lleva a pensar que si bien se mejorará su resistencia en un futuro las marcas optarán por no publicitarlos como tales para guardarse las espaldas.

Fuentes: Xataka / El Gadgetoblog

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