Aunque sonaba como posibilidad futura, la red común de telecomunicaciones los principales operadores europeos no está en su agenda. Así lo ha confirmado la ETNO, asociación que agrupa a las principales compañías del sector, que buscan un impulso de las instituciones para desplegar las redes de nueva generación.
Algunos consejeros delegados de empresas como Telefónica, Telecom Italia, France Telecom o Deutsche Telekom se reunieron a finales de noviembre con el responsable de Competencia de la Comisión Europea, Joaquín Almunia. En la reunión, que ha trascendido ahora, se trataron varios puntos pero uno de ellos «no estuvo en la agenda» a pesar del interés que existe en el sector por el mismo. Hablamos de una hipotética red común paneuropea que uniese «los fragmentados mercados nacionales del continente».
Este proyecto permitiría afrontar obstáculos tecnológicos, dada las diferencias en infraestructuras y reglas nacionales así como situarse en la línea de los mercados de Estados Unidos y China. Asimismo, los usuarios finales también se verían beneficiados según las hipótesis formuladas en Financial Times, fuente de la información. No obstante, los riesgos para la competencia que podría generar esta red común provocan que el tema se aborde con calma y en caso de plantearse en firme sea a largo plazo, cuando se consolide el verdadero mercado común que pretende la CE.
La Comisión favorece el despliegue de nuevas redes
Lo que sí fue tratado por la asociación de los operadores con Almunia fue la última iniciativa planteada por la vicepresidenta de la Comisión Europea y titular de la Agenda Digital, Neelie Kroes. La comisaria europea ha destacado por impulsar medidas que fomenten el desarrollo de redes de nueva generación de telecomunicaciones, tanto de banda ancha fija como móviles. Los operadores no dudaron en trasladar al español su «profunda sensación de frustración» por los obstáculos que se encuentran en el camino a la hora de invertir y desplegar las nuevas redes.
Por ahora, las directrices de la Comisión Europea van encaminadas a la eliminación de estas barreras. La última medida, aprobada el mes pasado, abre la puerta a que se puedan conceder ayudas públicas para el despliegue de nuevas redes en zonas urbanas, algo que anteriormente estaba limitado de forma exclusiva a las rurales. Igualmente, en el caso de España los operadores siguen insistiendo para que el Gobierno rebaje la presión fiscal a la que les somete y poder impulsar con fuerza las nuevas redes que permitirán el acceso a Internet de alta velocidad de forma masiva.