Contratar una VPN para estar protegidos no basta, también debemos poner de nuestra parte
Con todo lo que está sucediendo en diversas regiones del mundo relacionado con la privacidad y seguridad en Internet, términos que cada día están más en entredicho, son muchos los internautas que están buscando vías alternativas que las garanticen, aunque esto no siempre es fácil.
Ya sea por parte de los gobiernos de diversos países, por bloqueos a nivel global de diferentes servicios, por el seguimiento de empresas o incluso de los propios ISPs, o sencillamente como medida de precaución para salvaguardar la privacidad, son muchos los usuarios que hoy día se decantan por contratar un servicio de VPN. Y es que, al menos en un principio, estas plataformas nos garantizan de algún modo evitar esos temidos seguimientos por parte de terceros, o poder acceder sin problema a portales y sitios web inaccesibles desde nuestra región.
Es evidente que, como ya hemos comentado en varias ocasiones en el pasado, lo primero que debemos hacer antes de decantarnos por una de las múltiples alternativas que podemos encontrar en este sentido, es estudiar bien lo que ofrece cada una de ellas y, llegado el caso, pedir asesoramiento. Y es que hay que tener en cuenta que en esta VPN vamos a poner nuestra confianza y al mismo tiempo la seguridad de nuestros datos confidenciales, por lo que en esta elección se debe poner más interés del que pensamos en un principio.
Como suele ser habitual en estos casos, hay servicios buenos, malos y auténticos engaños, por lo que elegir un proveedor VPN fiable y de calidad es un gran comienzo para nuestra privacidad en la Red, pero la cosa no acaba ahí. Al mismo tiempo el uso que hagamos de estas nosotros mismos también es de mucha importancia para que todo vaya según lo previsto tras la contratación del servicio al movernos por la Red.
Cierto es que estas plataformas relacionadas con proporcionar seguridad, tienen varias responsabilidades adquiridas que deben respetar y que se pueden encontrar en las políticas de cada propuesta. Sin embargo y al mismo tiempo, nosotros, los usuarios, también debemos ser conscientes de que buena parte del correcto funcionamiento de esta VPN, también depende del interés que pongamos en la misma y de la forma en la que la utilicemos. Cuando en un momento determinado y usando uno de estos servicios se sufre algún tipo de filtración o fuga de datos, en la mayoría de las ocasiones solemos culpar a la empresa que nos está brindando esa protección, sin pensar en que los culpables podríamos ser nosotros mismos.
No cabe duda alguna de que estos proveedores deben hacer todo lo que esté en su mano para protegernos, para eso están ahí, y al mismo tiempo deberían informar a sus clientes acerca de los posibles riesgos que se están corriendo además de realizar pruebas periódicas para detectar vulnerabilidades en cada caso.
Qué hacer para asegurar la protección de una VPN
Decimos todo esto porque los propios usuarios de una VPN también deben adoptar un uso más proactivo, ya que muchos no se toman muy en serio su propia seguridad al usar estos servicios, ya que tras su contratación, muchos asumen que ya están perfectamente protegidos, cuando en muchos casos no es así. Como se ha podido saber con el paso del tiempo, lo más habitual es comprobar si realmente la dirección IP ha cambiado, y poco más para asegurarse de esa protección.
Sin embargo, lo recomendable al ser clientes de una plataforma segura de estas características, sería llevar a cabo una serie de pruebas adicionales contra las posibles fugas y además en todos los dispositivos y navegadores donde vayamos a usar esta VPN, al menos como medida de protección. Al mismo tiempo estas pruebas se deberían repetir de manera periódica a medida que los dispositivos y aplicaciones que usamos, cambian, algo para lo que muchas veces podemos solicitar ayuda del propio proveedor.
De manera paralela, nunca estará de más informarnos y aprender lo máximo acerca de las posibilidades de configuración que nos ofrece el servicio contratado, que a veces son múltiples. Para ello contamos con la documentación proporcionada o las guías de configuración. De este modo veremos cuál es el protocolo más seguro, los programas adicionales de protección que podemos usar, o las funciones que podemos activar para mejorar su funcionamiento dependiendo de cada caso y tipo de uso.
Aunque pensemos que es así, por ejemplo las características de protección contra fugas en una VPN, no siempre vienen activadas por defecto en su totalidad, ya que pueden provocar diversos problemas de conectividad, algo que igualmente deberíamos conocer. Igualmente otras plataformas permiten que sea el usuario el que proteja sus navegadores y aplicaciones, algo que se desconoce en la mayoría de las ocasiones.
Con todo esto lo que queremos decir es que no se puede confiar plenamente nuestra privacidad en la VPN que contratemos, también debemos poner más de nuestra parte, y al mismo tiempo no podemos estar seguros de que la configuración inicial sea la más adecuada, algo para lo que debemos informarnos aunque sea solicitando la ayuda de la empresa contratada. Eso sí, al mismo tiempo es bueno saber que la privacidad completa o el anonimato 100% seguro es sumamente difícil de lograr.