A pesar de que uno de los propósitos del Gobierno es modernizar las infraestructuras de telecomunicaciones del país para, entre otras cosas poder ofrecer a los ciudadanos conexiones inalámbricas en lugares públicos, lo cierto es que muchos proyectos son cancelados pos su inviabilidad económica y un sinfín de trabas. Vamos a ver cuáles son los principales motivos por los que el WiFi gratis en la calle no es una realidad en toda España.
El Plan E que el Gobierno encabezado por José Luis Rodríguez Zapatero puso en marcha allá por 2008, tuvo como uno de sus puntos más relevantes la inversión en nuevas infraestructuras para llevar progreso y avance a muchas zonas del país que iban relegadas con respecto al resto de España. En términos de conexiones a Internet, los objetivos de la Agenda Digital ponían en consideración por un lado tanto la universalización del acceso a Internet de banda ancha en todo el territorio nacional, pero por otro también contemplaba ayudas y subvenciones para desarrollar redes inalámbricas gratuitas en multitud de municipios.
La tecnología Wimax contribuyó en un primer momento a que este WiFi gratis en las calles pudiera ofrecerse incluso en las zonas más remotas o despobladas, donde la inversión de las operadoras con redes propias es menor debido a la escasa rentabilidad. Especialmente destaca el caso de Galicia, una comunidad autónoma que está salpicada de núcleos de población dispersos con una densidad y donde muchos ayuntamientos han tenido que cancelar los proyectos de WiFi gratuito en las calles.
En muchos lugares no es posible mantener una red WiFi pública
Los motivos son principalmente los altos costes de instalación y mantenimiento que han tenido que soportar, además de la multitud de trabas burocráticas que retrasaron en muchos lugares los mencionados proyectos o que en muchos otros encarecieron el precio de su despliegue. En dichas zonas, los habitantes han tenido que recurrir a una conexión de Internet privada como única alternativa y en los lugares más afortunados o bien se mantiene la red de WiFi en la calle pero a través de una gestión privada, lo que supone pagar por un servicio que se presumía gratuito.
El caso de la localidad de Corcubión es un buen ejemplo de esto último, ya que aquí los ciudadanos solo pueden disfrutar de una red de WiFi pública en la biblioteca de la Casa de Cultura. Con el despliegue de nuevas redes 4G se espera ir poco a poco cubriendo las necesidades en las zonas donde el WiFi público no llega y mejorar de esa manera las condiciones del acceso a Internet, aunque haya que recurrir a la contratación de una línea de banda ancha fija o móvil a nivel particular.