Muchos pensamos que de aquí a unos años el futuro de la tecnología estará ligado a conectar a Internet todo tipo de cosas, no sólo dispositivos electrónicos, que es la tendencia actual, sino que es muy posible que artículos como ropa, vehículos o todo tipo de accesorios del hogar, tengan una conexión propia a la Red, es decir que nos dirigimos directamente al denominado «Internet de las cosas».
Teniendo en cuenta que en la actualidad la mayoría de las personas de los países desarrollados tienes una conexión a Internet, bien desde su hogar a través de fibra o ADSL, bien desde dispositivos móviles como teléfonos inteligentes, tablets, etc, ¿porqué no ir más allá y dotar a otro tipo de productos de una conexión propia?
En los últimos meses estamos vislumbrando algunos lanzamientos que están claramente enfocados hacia estas tareas. Por ello nos encontramos ante Brillo, un sistema operativo con el que Google pretende controlar nuestro hogar de manera remota. En concreto se trata de una tecnología por medio de la cual tendremos la posibilidad de conectar accesorios de nuestro hogar a Internet utilizando tan solo 32 o 64 Mbytes de memoria RAM. Se basaría en un sistema Android y se pretende que el usuario pueda controlar diversos aspectos del hogar tales como la calefacción, las luces, el aire acondicionado o la televisión desde su teléfono inteligente, tablet, navegador o incluso smartwatch. Además este sistema podrá integrarse en equipos como neveras, lavadoras, sensores domésticos, cerraduras, etc.
Continuando en la misma tendencia del «Internet de las cosas», hace unos días la compañía china Huawei presentó LiteOS, que es el sistema operativo más liviano del mundo. Precisamente el objetivo de ese sistema está especialmente dirigido a su funcionamiento en productos que en un futuro no muy lejano podrán conectarse a la Red por si mismos. Al ocupar tan solo 10 Kb., no consume apenas recursos, por lo que se puede utilizar en cualquier objeto de casa, en la ropa, etc.
El objetivo con el que se ha desarrollado LiteOS es el de simplificar el I+D de productos que pasarán a formar parte de «Internet de las cosas», ya que la propia compañía pronostica que en el año 2025 habrá más 100.000 millones de dispositivos conectados a la red en todo el mundo.