Andrés Calamaro y Enrique Bunbury lanzaron el pasado 14 de abril un disco en directo titulado «Hijos del Pueblo» con 10 canciones grabadas en México. Sorprendentemente, el álbum estuvo disponible en Spotify durante 48 horas hasta que el artista argentino decidió retirarlo por una absurda razón.
Los fans de los dos cantantes que utilizan Spotify se han llevado una desagradable sorpresa en el día de ayer. Sin previo aviso, el disco desapareció, incluso en aquellos usuarios que habían seleccionado la opción de «disponible Off line». Básicamente lo que sucedió es que el artista argentino pidió expresamente a la empresa sueca que retirara el álbum con el argumento de «devolver el honor y el sentido al disco». Calamaro indicó en Twitter que Spotify le había traicionado y desde Barcelona donde se encuentra presentando su libro Paracaídas señaló que a pesar de ser usuario del servicio de streaming considera que hay miles de discos disponibles y que era imprescindible que no estuviera su nuevo trabajo para «provocar un triunfo«.
Puertas al campo
Hace un año y medio, Promusicae presentó un informe que señalaba que la venta de música estaba bajo mínimos en España. Concretamente, las ventas descendieron desde 335 millones de euros en 2001 hasta los 55 millones de euros en 2013. Precisamente acabamos de conocer que la venta de música digital a nivel mundial igualó a la venta física según la Federación Internacional de la Industria Discográfica. Un dato muy relevante que pone de manifiesto como los usuarios han abrazado la tecnología y hacen uso de los múltiples servicios de streaming que hay en el mercado, siendo Spotify el más conocido.
Con esta tendencia no deja de ser sorprendente que artistas de la talla de Calamaro decidan retirar un disco impidiendo que usuarios que han pagado su suscripción mensual puedan tener acceso al mismo. No ha sido el único, en noviembre de 2014 Taylor Siwft decidió retirar toda su discografía aludiendo a razones económicas. Otros cantantes como Nigel Godrich o Thom Yorke de Radiohead también han criticado en numerosas ocasiones el pequeño margen que ofrece el servicio de streaming.
Con este panorama, ¿Sigue siendo poco ético descargar el disco después de pagar en Spotify y no poder escucharlo?