Los cambios tras la fusión de MásMóvil y Orange continúan y, en este caso, lo que prepara MasOrange es el siguiente paso en su reestructuración. Dentro de las previsiones a corto plazo, se encuentra el llevar a cabo la eliminación de dos de las marcas con las que han operado hasta el momento en el mercado español.
MasOrange ya había indicado con anterioridad que uno de los objetivos de la nueva empresa era poner orden en su amplia cantidad de marcas y estructurar un futuro que giraría alrededor de sus principales entidades. Ahora, por la información que leemos en Cinco Días, dos de las marcas de MasOrange ya están preparándose para su inevitable final: Virgin Telco y Llamaya.
Primero: Virgin Telco
Con la fusión, la nueva operadora se ha encontrado con una suma de 20 marcas comerciales que se encuentran operando en el mercado de las telecomunicaciones. Por lo tanto, era lógico que la cantidad de operadoras se iba a ir reduciendo. El final de Virgin Telco, iniciativa que llegó a España en 2020 con licencia del famoso operador británico Virgin, es “de carácter inmediato”. Esto se puede comprobar de distintas maneras. Por un lado, la marca Virgin Telco ha desaparecido de la web corporativa de MasOrange, en clara demostración de cómo el grupo ha decidido darle adiós de forma definitiva. Por otro lado, las contrataciones online de los servicios de Virgin Telco ya no se pueden llevar a cabo a través de la red.
En añadido a esto, también leemos en Cinco Días que, si llamas a Virgin Telco con el objetivo de contratar sus servicios de forma telefónica, lo que hacen los agentes al cargo es ofrecerte las tarifas de las demás marcas que tiene MasOrange. Por lo tanto, es obvio que el camino de Virgin Telco ha llegado a su final. Eso sí, ¿qué significa esto para aquellos clientes que todavía tengan contratado el servicio?
La propuesta es sólida: los clientes de Virgin Telco tienen un año de margen para que su contrato con la operadora termine sin haber vuelta atrás. Una vez finalice ese periodo, los usuarios recibirán una propuesta por parte de MasOrange: cambiarse a los servicios de una de sus otras marcas o finalizar el contrato incluso si existiera permanencia. Por supuesto, no habrá penalización en ninguno de los casos.
Habrás más cierres
La entrada de Llamaya en el grupo MásMóvil se produjo en el ya lejano año 2017 y, desde entonces, ha apostado por dar servicios de llamadas internacionales y de bonos de prepago. Ha sido otra de las marcas que siempre han estado ahí cubriendo una pequeña parte del mercado. Para MasOrange, es importante ir despidiendo este tipo de operadoras con la intención de volcarse en las marcas más importantes del grupo, por lo que Llamaya también desaparecerá.
Según las fuentes conocedoras de la situación a las que hace referencia el periódico, la despedida de Llamaya todavía tardará un poco en producirse, puesto que está prevista “a medio plazo”. Mencionan que sus servicios casi se han dejado de comercializar, aunque todavía estén entre los que se ofrecen en estos momentos tal y como también operan, en el mismo segmento, marcas como Lebara o Lycamobile.
Estos cambios van a ser muy beneficiosos para MasOrange, que plantea un futuro en el cual depositará sus esfuerzos e inversión en sus marcas principales. Al simplificar su catálogo tendrá más capacidad de crecimiento y de alcanzar resultados satisfactorios de manera notable. Por el lado de MásMóvil, las marcas que se van a potenciar son MásMóvil, como es obvio, Yoigo y Pepephone. Además, mantienen toda su confianza en las marcas regionales que también consiguen resultados positivos, como Euskaltel (País Vasco), Telecable (Asturias), R (Galicia) y Embou (Aragón). En el caos de Orange, además de su marca principal, el objetivo será reforzar Jazztel y Simyo.