Sobre todo si eres autónomo, emprendedor, pero también si has heredado o gestionas varias propiedades, Hacienda puede tenerte más vigilado que a otros y, por tanto, aumenta el riesgo de que acabes recibiendo alguna multa o sanción por cometer un fallo en tu contabilidad. No obstante, es algo que le puede pasar a cualquiera, ya que más tarde o más temprano, todos tenemos que enviar la declaración de la renta anual.
La lista de sanciones que Hacienda puede imponer dado el caso es enorme, pero, por supuesto, el castigo siempre debería ser proporcional al fallo cometido.
Además, para una gran parte de los autónomos con una actividad habitual y de poca dimensión, las multas que pueden llegar a recibir suelen ser siempre las mismas, por fallos habituales que no dejan de estar a la orden del día.
Por ello, vamos a hacer un repaso sobre los tipos de infracción más común y a mencionar varios consejos o pautas a seguir para tener siempre todo en regla y evitar acabar pagando el pato, según los explican los expertos de varias asesorías online.
Las 6 sanciones más comunes
Podemos reducir en seis las sanciones que con mayor frecuencia suelen recibir los autónomos o personas de a pie, por lo general leves, y motivadas por fallos bastante tontos pero en los que muchos han caído alguna vez. Son las siguientes:
- Sanción por información incorrecta en las declaraciones trimestrales del IVA o IRPF
- Sanción por cometer errores en las facturas elaboradas
- Sanción por no llevar un registro contable correcto o no conservar facturas
- Sanción por desgravarse algún gasto indebidamente
- Sanción por no presentar la declaración de la Renta pese a estar obligados a ello
- Sanción por ignorar una notificación electrónica de la AEAT
Finalmente, el hecho de no prestar atención a una notificación electrónica es algo que la Administración puede entender como un rechazo a la advertencia o multa, y puede implicar una sanción (o sanción adicional en caso de notificar una multa) por resistencia, obstrucción, excusa o negativa.
Pautas esenciales para evitar multas
Aunque parezca obvio, toda insistencia en poca a la hora de expresar lo importante que es estudiar a conciencia las obligaciones que tenemos que cumplir dependiendo del tipo de actividad que realicemos, el tipo de cliente que tengamos, etcétera. Podemos pedir la ayuda de un asesor profesional, pero también podemos hacer uso de los canales de comunicación gratuitos de la AEAT (incluido chat web, videollamada o bot), para exponer todas nuestras preguntas.
Por otro lado, tenemos que aprender a ser organizados. Una vez escrita y enviada una factura al cliente, no podemos dejarla en cualquier lugar de nuestro ordenador y despreocuparnos. Hay que tenerlas clasificadas con el mayor rigor posible y también archivadas tanto en nuestro PC como en la nube, para evitar que un fallo informático nos impida acceder a los documentos. También en lo que respecta a las facturas, tenemos que cerciorarnos de cuál es la información que tenemos que incorporar a la factura (si debe incluir IVA o no), y seguir un formato continuo para que todas lleven un orden numérico correcto y lógico.
Por otro lado, si recibimos una multa siempre es posible redactar una alegación para solicitar que nos perdonen el despiste. Esto ya implica haber recibido una multa y es probable que el daño ya esté hecho, pero merece la pena intentarlo si podemos tener algún argumento a nuestro favor. Desde la UNIR nos explican cuáles son los mejores argumentos que podemos usar para exigir la retirada o disminución de una multa.
Finalmente, recuerda tener tus datos como email o número de teléfono actualizados en el sistema de la Agencia Tributaria, y tener activadas las alertas por mail y SMS para que nunca pases por alto una notificación o requerimiento. Asimismo, no te olvides que hay que pasar por el trámite de la declaración de la renta, y si tienes dudas sobre si estás obligado o no hacerla, siempre tienes la opción de hacerla igualmente, aprovechando que el sistema ya te ofrece una estimación automática, y evitar así pasarla por alto.