Los drones de fibra óptica están desempeñando un papel clave en la guerra entre Rusia y Ucrania al ofrecer ventajas estratégicas en un contexto de guerra electrónica.
A medida que las fuerzas ucranianas combaten los ataques aéreos rusos, se está observando un creciente número de drones de fibra óptica: armas controladas por cables delgados que se desenrollan mientras vuelan hacia su objetivo.
Estos drones se diferencian de los que solemos conocer en la forma en que son pilotados: se dirigen mediante señales enviadas a través del cable y, gracias a esto, no son susceptibles a interferencias electrónicas. El ejército ucraniano ahora está comenzando a utilizar la misma tecnología, pero su implementación va rezagada en comparación con Rusia.
Tal y como explican desde Radio Free Europe en un reciente vídeo publicado en YouTube, estos dispositivos utilizan cables de fibra óptica muy finos que se despliegan durante el vuelo para transmitir señales de control, lo que los hace inmunes a las interferencias electrónicas, un método común para neutralizar drones convencionales.
Estos drones pueden volar a una velocidad de 60 kilómetros por hora, realizar maniobras, y mantener el contacto por cable sin riesgo de rotura en unos 10 kilómetros. En el contexto de la guerra en Ucrania, ambos ejércitos pueden sufrir ataques o espionajes no detectados gracias a ellos. Anteriormente, el bosque se usaba como entorno libre de señales de radio, pero el uso de cable hace que cualquier bloqueo de ondas de radio sea inútil.
Algunos de estos drones consiguen volar hasta 20 kilómetros sin sufrir problemas con el cable, pese a que este pueda atascarse.
Ambos países los usan
Rusia los emplea principalmente para el reconocimiento de alta precisión en zonas con defensas antiaéreas, para ataques dirigidos contra infraestructura militar ucraniana, aprovechando la estabilidad de la conexión por cable, o para evadir sistemas de contramedidas electrónicas de Ucrania, que suelen bloquear drones controlados por radio.
Rusia ha estado usando drones de tipo FPV (vista en primera persona) y fibra óptica, especialmente en la región rusa de Kursk. La calidad de imagen que emiten es buena incluso a baja altitud, y se conserva hasta el momento de la detonación. Según las fuerzas ucranianas, los rusos están acelerando su adopción. Lo saben por la creciente cantidad de pedidos que están recibiendo los fabricantes chinos.
Ucrania, por su parte, aunque ha comenzado a desarrollar drones similares, tiene que hacer frente a retos técnicos y logísticos, lo que permite a Rusia mantener una ventaja táctica. Cerca de la región de Pokrovsk, los soldados ucranianos están haciendo pruebas con ellos, pero los primeros tests no salieron bien debido a problemas con las bobinas de fibra. Pero, con las últimas pruebas, el bando ucraniano ha visto que pueden usarse con solvencia equipos de al menos unos 6 fabricantes chinos.
El uso de estos drones está redefiniendo la competitividad de los ejércitos, especialmente en escenarios donde el dominio del espectro electromagnético es crítico y en el que las telecomunicaciones pueden ser saboteadas por el bando enemigo. Este tipo de drones con cable, de los que ya hemos hablado en otras ocasiones, también pueden ser muy útiles en situaciones de emergencia o catástrofe natural.
En general, sin hablar exclusivamente del entorno bélico, los drones demuestran adquirir cada vez más relevancia como herramienta para multitud de tareas. Recientemente en España, por ejemplo, Telefónica anunció un servicio integral y seguro de drones basado en las APIs de Open Gateway, con tres casos de uso de aplicaciones reales que incluyen el transporte de material sanitario, el control medioambiental como la prevención de incendios y la automatización de inventariado de almacenes.
