El concepto de tierras raras no es nuevo, pero no ha sido hasta hace unos meses cuando se ha convertido en uno de los temas centrales de política internacional y geopolítica.
El pasado 30 de abril, Ucrania y Estados Unidos firmaban un acuerdo histórico que daba poder a EEUU para explotar parte de las tierras raras del país ucraniano. La rúbrica se llevó a cabo después de fuertes medidas de presión por parte de la Administración Trump como fórmula para asegurar futuras garantías de seguridad a Kiev.
Con lo que no contaba Donald Trump era que pese a que Ucrania es un país rico en metales críticos e indispensables para la fabricación de componentes electrónicos, Ucrania no dispone de tantas tierras raras como se pensaba inicialmente. El país europeo concentra 22 de los 34 elementos que la Unión Europea describe como “materias primas críticas”. Sin embargo, su cantidad exacta para explotar está prácticamente por descubrir.
China ha redoblado la presión durante las últimas semanas, cuando anunció estrictos controles sobre las ventas de tierras raras y de herramientas de extracción al exterior, como respuesta a la política arancelaria de Trump. Un escenario que da a entender que la guerra está servida, pero las armas han comenzado a ser todos los minerales cuya presencia es limitada y sin los cuales no se entiende la economía de las próximas décadas.
Qué son las tierras raras
Las tierras raras concentran 17 elementos químicos que son insustituibles y que tienen multitud de usos estratégicos para los países: lantano, lutecio, terbio, cerio, praseodimio, tulio, neodimio, europio, prometio, samario, gadolinio, disprosio, holmio, erbio, iterbio, escandio e itrio.
Tener acceso a todos ellos es fundamental porque se utilizan para cubrir las necesidades de una gran cantidad de industrias: la electrónica, automovilística o la energética son algunos ejemplos, pero no son los únicos.
Por qué Estados Unidos las necesita
Como primera potencia mundial en términos armamentísticos, la economía de Estados Unidos es muy dependiente de estas tierras. Además de las industrias mencionadas previamente, es importante entender que sin ellas no puede construir un F-35 (que necesita 400 kilos de tierras raras) o ciertos proyectiles y elementos de guerra.
Una situación que es conocida por China, que ha sido uno de los países más críticos con la política arancelaria inaugurada por Trump. El país asiático ha decidido pasar a la acción y, además de aumentar sus aranceles, poner controles sobre la exportación de las tierras raras. Un movimiento que no esperaba la Administración Trump y que si no se flexibiliza, podría asfixiar al gigante norteamericano.
Joris Teer, conocido analista de seguridad, utilizó su cuenta de LinkedIn para explicar cómo el choque entre China y Estados Unidos es una mala noticia para los norteamericanos. China sabrá ahora quién usa sus tierras raras y para qué. Además de advertir que denegará cualquier petición cuyo fin sea la industria armamentística.
| Indicador | Valor | Fuente |
|---|---|---|
| Control chino de la producción minera global | ~70% | USGS, 2025 |
| Control chino de la capacidad de refinado global | ~90% | USGS, 2025 |
| Tierras raras requeridas por un caza F-35 | ~400 kg | Informe de Lockheed Martin / DoD |
| Inversión de EEUU en la mina Mountain Pass (2025) | 400 millones de dólares | Departamento de Defensa de EEUU |
La guerra entre China y Estados Unidos
Todavía queda algo más que un mes para que China imponga los mencionados controles, por lo que tanto Trump como Xi Jinping tienen tiempo de negociar. Estas son algunas de las claves que determinarán estas negociaciones:
- Estados Unidos necesita que China vuelva a comprar soja a sus productores.
- China quiere que se eliminen los aranceles y se facilite el libre comercio.
- Por último, el país asiático también pide que se quiten los aranceles a los coches eléctricos en la Unión Europea.
El problema es que la Unión Europea es cada vez más dependiente de Estados Unidos y sería extraño que se decidiese mover dicha al respecto sin el beneplácito del equipo de Trump.
Aparece Malasia
Mientras todo eso ocurre, EEUU firmó ayer un acuerdo histórico con Malasia sobre tierras raras por valor de 150.000 millones de dólares, en un claro ataque hacia China. Que, tras él, pierde el control sobre los recursos críticos de Malasia y se los entrega a su gran rival.
Malasia se ha comprometido a expandir su capacidad de procesamiento de tierras raras y aumentarla en un 200 o 300% con el objetivo de atraer la inversión estadounidense.
Para Estados Unidos, el acuerdo supone una victoria por varias razones: además del acceso a estas tierras, reduce la dependencia de China y se garantiza una vía de suministro. Mientras que Malasia busca consolidarse como uno de los centros de procesamiento líderes de Asia.
Pese a que todavía queda un mes para evitarla, todo parece indicar que la guerra entre Estados Unidos y China ha empezado. Países como Malasia o Ucrania serán determinantes para los próximos pasos que dé el Gobierno de Trump en política exterior.
