A pesar de que en un principio se pensaba que el nuevo iPhone revolucionaría el sector de la telefonía móvil y que obligaría a los competidores a redoblar esfuerzos con terminales más potentes, el iPhone 4S servirá para popularizar los teléfonos inteligentes, puesto que se prevé una bajada de precios, especialmente de sus predecesores.
Ha pasado un día desde que Apple presentase en sociedad el esperado iPhone 4S. Tras varios análisis de lo visto en el evento de la compañía norteamericana las primeras conclusiones apuntan a una sensación de decepción entre usuarios y analistas. Del nuevo móvil de Apple se esperaba meses atrás un terminal que sirviese para dar un golpe en la mesa y lanzase un mensaje a sus rivales, quienes cada vez ofrecen alternativas más poderosas incluso que el propio iPhone 4S.
La euforia se fue rebajando en las últimas semanas, a medida que se conocían detalles sobre el nuevo terminal que apuntaban a una simple mejora de sus prestaciones técnicas, siguiendo una línea continuista y dejando las revoluciones para tiempos pasados. «Apple ya no está a la vanguardia; su servicio de tecnología en la nube está incluso detrás del de Android; ahora sólo puede vender por lealtad a la marca», ha comentado la analista de Gartner en Taipei, C.K. Lu, en declaraciones recogidas por Europa Press.
Al margen de ofrecer un terminal poco innovador respecto a sus rivales, Apple ha confirmado unos precios que a priori no invitan a que el iPhone 4S sea un superventas. Subvencionado con los operadores los modelos de 16, 32 y 64 GB tendrán un precio inicial de 199, 299 y 399 dólares respectivamente (mismas cantidades en euros en territorio comunitario con toda probabilidad).
Sin embargo, sí podemos hablar de un efecto que traerá consigo el lanzamiento del iPhone 4S en todo el sector de la telefonía móvil. En primer lugar, como era sabido, el precio del iPhone 4 tendrá una rebaja drástica. Apple anunció que situará el iPhone 4 de 8 GB de capacidad en 99 dólares (74 euros), mientras que el anterior modelo, el iPhone 3GS se podrá conseguir desde cero dólares subvencionado por los operadores.
De este modo, Apple penetrará en una gama media de usuarios donde antes no llegaba: el de los usuarios que no pueden permitirse gastarse semejante cantidad económica en su teléfono móvil. Es de esperar, por tanto, que Apple se acerque a un segmento de usuarios donde Android y los respectivos fabricantes que adoptan esta plataforma en sus móviles sí conseguían llegar. Además, hay que tener en cuenta que no se puede descartar una rebaja de los precios de los propios terminales Android para intensificar más si cabe la competencia. El efecto colateral sería una masificación de smartphones mayor de la esperada incluso.
Una oportunidad para los rivales de Apple
De vuelta al iPhone 4S, el movimiento de Apple no se ha acabado de ver como acertado dentro del propio sector. «Los usuarios podrían esperar a comprar el próximo iPhone; si no pueden esperar, pueden cambiarse a marcas con especificaciones más avanzadas«, explicaba la citada analista de Gartner. En la misma línea, Ben Wood, de la consultoría CCS Insight, señaló que «la decisión de Apple de no lanzar nuevo hardware le ofrece a los rivales Samsung y HTC una ventana de oportunidad para reducir la brecha con sus aparatos de alto rango antes de que llegue el nuevo iPhone 5″ (previsiblemente el próximo verano).
En los próximos meses asistiremos a la presentación de terminales con características más potentes que las anunciadas por Apple para el iPhone 4S, por lo que es de esperar que Apple se vea obligada a mover ficha en los próximos meses. No en vano, la compañía de la manzana mordida se juega mantener sus elevados ingresos con sus smartphones (el 46% del total) y no podría permitirse demasiados movimientos en falso.