¿Forzará el fin del roaming unas tarifas de datos más caras para los españoles?

¿Forzará el fin del roaming unas tarifas de datos más caras para los españoles?

Carlos González

Sentadas las bases del roaming para los operadores, en la Unión Europea se han establecido precios más bajos a cobrar entre los mismos, que deberían repercutir de forma directa en sobrecostes inferiores por el uso de la tarifa contratada por el usuario fuera del país de origen. Es sólo el primer paso, y el horizonte de esta nueva legislación apunta al próximo verano con la eliminación de las barreras de consumo dentro de Europa. El problema, sin embargo, es que deja saldos negativos entre operadores, por la diferencia de precio entre la prestación del servicio en ámbito nacional, y el sobrecoste según lo impuesto por Europa en el resto de países de la Unión.

Frente a los precios anteriores, que permitían 50 euros por giga como cobro adicional entre operadores, y que repercutía directamente sobre el consumidor, ahora la Unión Europea ha establecido un máximo de 7,70 euros por giga. Es decir, que los operadores pasarán a cobrarse entre sí una diferencia de 42,30 euros. A priori, esto debería suponer un ‘ahorro’, pero el saldo negativo entre los proveedores de servicios de Internet llega en ese próximo paso en el que, además se regularán los precios aplicados al consumidor, sin diferencia entre el país de origen –donde es contratada la tarifa- y el de destino –donde se consume-. Esos 7,70 euros adicionales por giga consumido los pagará el operador al que le presta su red en el país de destino, pero no el consumidor, y generalmente el precio de diferencia es superior al de la tarifa contratada en el país de origen.

Roaming orange

Los operadores tienen márgenes menores e incluso saldos negativos según la nueva normativa ¿repercutirá esto en un mayor ‘precio por giga’?

Según los precios finales de roaming entre operadores, el precio máximo que se podrá aplicar al consumidor es de 0,0085 euros por mega, luego el margen para el operador del país de origen, con el que se ha contratado la tarifa, está por debajo de los dos euros. Y si revisamos las tarifas móviles nacionales, nos encontraremos con que el precio por giga es ampliamente superior a los dos euros. Esto es lo que anteriormente denominábamos como saldo negativo para los operadores, que en caso de que se consuma la tarifa completa fuera del país de origen tendrían que pagar al operador de destino más de lo pagado por el cliente.

No hay declaraciones al respecto por parte de los operadores nacionales, luego por el momento se desconoce si el fin del roaming repercutirá al precio de nuestras tarifas, pero la tendencia por parte de los principales proveedores de servicios de telefonía móvil ha sido incrementar los costes para el usuario, principalmente, en paquetes convergentes. Con la nueva regulación en el ámbito europeo, como queda en evidencia según los cálculos anteriores, habrá casos en los que a los operadores le salgan caros determinados clientes, concretamente los que consuman su franquicia de datos al completo –o prácticamente- fuera del país de origen. En nuestro, el flujo turístico podría ser beneficioso, pero podría no ser suficiente para aplacar una posible subida de los precios sobre las tarifas de datos.

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