¿Cederá el Gobierno ante las presiones que piden la vuelta del canon digital?

¿Cederá el Gobierno ante las presiones que piden la vuelta del canon digital?

Redacción

La campaña de presión para la vuelta del canon digital en España se ha intensificado. La industria cultural europea ha sido la última en pronunciarse y pedir al Gobierno de Mariano Rajoy que recupere el gravamen aplicado a dispositivos y soportes electrónicos para compensar a los artistas ante el derecho por copia privada.

La industria cultural y las entidades de gestión de derechos de autor no se dan por vencidas. Hace poco más de una semana conocíamos la sociedad EGEDA, presidida por el polémico Enrique Cerezo, se apoyaba en una sentencia judicial para reivindicar el regreso del canon digital como tasa que grave a aparatos y soportes electrónicos con el fin de sumar una compensación económica que iría a parar a sus arcas para repartir entre sus socios. Este modelo imperó en España hasta diciembre del pasado año, cuando el Gobierno entrante decidió suprimirlo para hacer realidad una de sus promesas electorales.

El nuevo Ejecutivo anunciaba entonces un cambio en la forma de compensar a los artistas (representados por las entidades), consistente en una partida de los presupuestos estatales. La medida pronto despertó los recelos de las gestoras, que temían cómo las enormes cantidades recibidas en años anteriores peligraban si era el Gobierno quien decretaba esta cifra, más si cabe en el actual contexto de crisis, excusa para recortes de todo tipo en nombre de la reducción del déficit.

Dicho y hecho. Unos días atrás conocíamos que el Gobierno planeaba reducir nada menos que un 95% el presupuesto de las entidades, entregando 5 millones de euros por este concepto en lugar de los 115 millones que se dieron un año antes. El anuncio ha sido muy criticado por las entidades y recientemente han sido sus homólogas europeas las que se han subido al carro de las presiones para que el Ejecutivo recapacite y rescate la anterior tasa.

Estas asociaciones argumentan que la decisión en el cambio en la forma de compensar a los artistas «libera del pago a multinacionales como Nokia, Sony o Apple, verdaderas beneficiarias con la venta de equipos de electrónica, para que lo pague a través de los Presupuestos del Estado». De este modo, en su opinión, «se convierte a los artistas y a las industrias culturales en responsables directos del déficit del Estado».

Asimismo, recuerdan que «que la legitimidad del sistema anterior fue confirmada recientemente por el Tribunal Supremo español», en el citado litigio al que aludió EGEDA. Por si fuera poco, piden al Gobierno que tome nota del Consejo Constitucional francés, que acaba de validar el modelo de copia privada en el país vecino y por el que la industria tecnológica tiene que compensar a los titulares de derechos por copia privada.

Ante este panorama y el poder de una industria que supone el 4,5% de PIB de la Unión Europea cabe preguntarse si el Gobierno acabará cediendo a estas fuertes presiones y opte por retomar la anterior vía, algo no descartable por parte de una clase política experta en las artes del «donde dije digo, digo Diego».

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