Los servidores de descarga directa como Megaupload han vivido un gran boom en los últimos tiempos que les ha situado en el punto de mira de la industria cultural. Con la intención de proteger el copyright, desde Estados Unidos ya se plantea considerar delito subir contenidos con derechos de autor a este tipo de servicios.
Las descargas directas están de moda para dolor de una industria cultural incapaz de adaptar su modelo de negocio a los nuevos tiempos que corren gracias a Internet. Como vimos por ejemplo con la polémica Ley Sinde, estas compañías no dudan en presionar a gobiernos e instituciones para endurecer normativas que castiguen a los infractores del copyright en su opinión, ya sean páginas web de enlaces o usuarios.
En este caso conocemos un nuevo planteamiento: perseguir tanto a usuarios como a este tipo de páginas web que ofrecen servicios de alojamiento de archivos. En Estados Unidos su Senado está planeando introducir una legislación que consideraría un delito el subir archivos como películas o canciones protegidos con derechos de autor a este tipo de servidores, según podemos leer en elmundo.es. De probarse que el usuario incurre en estas prácticas podría ser castigado con fuertes sanciones con la cárcel como probable mayor amenaza.
A priori parece absolutamente desproporcionado que se sancione a un usuario de este modo por subir estos archivos a plataformas como Megaupload. ¿Qué limita el derecho a compartir contenidos? ¿Por qué no podría un usuario utilizar este servicio para compartir un archivo con copyright con un conocido siempre que no haya ánimo de lucro? ¿Dónde está la frontera?
La industria y en este caso el Gobierno estadounidense parecen tenerlo claro y no quieren que de ninguna manera se compartan estos archivos en la Red. A ellos se les une también la Justicia del país norteamericano, en un caso en el que Megaupload podría quedar muy tocado si finalmente se produce una resolución en su contra.
Se trata de la demanda interpuesta por la web pornográfica Perfect 10 contra Megaupload por albergar sus contenidos sin su permiso. Aunque Megaupload asegura que no es responsable de lo que suben sus usuarios, la juez del Distrito Sur de California considera que puede haber infracción directa de la propiedad intelectual y que «se alienta y en algunos casos, paga a sus usuarios subir una gran cantidad de contenidos». Igualmente afirma que «es plausible considerar que Megaupload tiene conocimiento de la creciente infracción que tiene lugar en su página web«.
¿Acabarán por desaparecer este tipo de webs ante la creciente y poderosa presión de la industria cultural?