La exministra de Cultura, Ángeles González Sinde, ha arremetido contra el actual ministro, a quien hecha en cara que no esté aplicando su ley antipiratería. A pesar de no continuar en el cargo, la guionista y escritora manifiesta que su postura respecto a la llamada «piratería» en Internet no ha cambiado.
En una reciente entrevista, Sinde ha vuelto a valorar de forma positiva sus años como ministra de cultura y, de paso, criticar la actuación de José Ignacio Wert. Aunque admite que no le parece mal que a su polémica norma antidescargas se la conozca como «Ley Sinde-Wert«, considera que «no la está aplicando«.
«Es una ley que llegó al final de su tramitación muy descafeinada y seguramente podía haber sido mucho más eficaz si hubiera sido finalmente aprobada en su modelo originario», explica la exministra socialista. Dado que considera que no se está poniendo en práctica, duda de la utilidad de una ley que despertó feroces críticas entre internautas y responsables de páginas web por la indefensión jurídica que creaba.
Ello llevó a Sinde a ser la ministra peor valorada del Ejecutivo de Zapatero. No obstante, no se arrepiente de haber ostentado el cargo y, además, mantiene su discurso contra la «piratería». «La situación es la misma, con una economía sumergida que no tributa, que no genera altas en la Seguridad Social, en la que se venden y compran unos contenidos, y unas personas se benefician sin haber pedido permiso a otras, y ya está. Es bastante simple», sentencia en este sentido.
Desde su punto de vista, el modelo económico que se está generando en Internet por culpa de las descargas sin autorización «es insostenible como modelo económico» ya que está «muy desequilibrado y que no tiene viabilidad de futuro».
De este modo, comprobamos cómo el discurso de Sinde sigue siendo el mismo. De poco o nada han servido los argumentos dados desde el otro lado de la Red o por expertos en materia de propiedad intelectual. Igualmente, llama la atención la ausencia de toda crítica a la propia industria cultural y del entretenimiento, cuyo inmovilismo ha traído una nula oferta legal en Internet, precisamente el que se ha comprobado como el mejor arma contra la piratería.