Así se acelerará el despliegue masivo de fibra óptica en Europa

Así se acelerará el despliegue masivo de fibra óptica en Europa

Redacción

La Comisión Europea sigue en su empeño por facilitar el despliegue de fibra óptica en nuestro continente. Para ello ha señalado los problemas que prioritariamente han de solucionarse para el desarrollo de nuevas infraestructuras.

El Blog de la CMT se hace eco de los principales obstáculos que se conocen hasta ahora en el despliegue de fibra óptica a nivel europeo. El Ejecutivo de la Unión Europea se propuso en la Agenda Digital el ambicioso objetivo de lograr que todos los ciudadanos naveguen al menos a 30 Mbps en 2020 y que la mitad de ellos tengan conexiones mínimas de 100 Mbps. Para lograrlo, inexorablemente los distintos estados miembros tendrán que ver aumentado el despliegue de redes FTTH.

En la Consulta Pública abierta hasta el próximo 12 de junio se detallan los principales muros que han de ser derribados a medio plazo para acelerar este despliegue. Para ello será necesario contar con la colaboración tanto de gobiernos como de operadores, puesto que los obstáculos se encuentran tanto a nivel burocrático como en la inversión a acometer por las compañías.

La Comisión asegura que los costes de inversión en fibra óptica son superiores a lo que deberían. Esto es así por «la fragmentación del mercado», es decir, la multitud de reglas nacionales, regionales y locales, que obstaculizan el desarrollo de la fibra. En muchas ocasiones son estas reglas las que ponen en peligro la viabilidad de las inversiones, lo que lleva a los operadores a encarecer el producto que ofrecen al usuario para rentabilizar sus inversiones. Por ello, es de esperar la simplificación de la normativa.

Como hemos visto en otras ocasiones, la Comisión también se centra en la necesidad de compartir infraestructuras entre compañías. Invertir en desplegar las nuevas redes acapara hasta el 80% de la inversión, pero esto podría ser mucho menos si los operadores tuviesen acceso a los conductos desplegados por compañías como las de agua o electricidad. Algunos países de la UE como Alemania y Portugal ya han optado por impulsar un modelo que es visto como un referente por el Ejecutivo comunitario.

Directamente relacionados a este último punto encontramos los problemas burocráticos. Acceder a los edificios, lograr los derechos de paso así como los trabajos en planificación urbana se han convertido en un incordio constante para los operadores europeos. Ante este problema se habla de la creación de una base de datos centralizada donde se localicen todos los puntos de acceso para desplegar una nueva red o crear un punto común que autorice de forma conjunta los permisos necesarios para construir redes de última generación.

Asimismo, se pretende impulsar una normativa que garantice que tanto los nuevos edificios como los más antiguos permitan el despliegue de nuevas redes en su interior. Recordemos que en ocasiones son las comunidades de vecinos las que impiden la instalación de las infraestructuras necesarias, pero esta situación llegaría a su fin con una nueva regulación. Esperemos que este compendio de iniciativas se acelere a corto plazo de modo que la fibra óptica sea una realidad en cuestión de pocos años en países como España, donde estas conexiones a pesar del esfuerzo inversor de Movistar sigen siendo minoritarias.

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