Nintendo y Sony podrían estar obligando a los distribuidores a fijar los precios de sus consolas
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha puesto en manos de la Comisión Nacional de Competencia (CNC) sus quejas sobre 34 productos de amplio consumo, entre los que se encuentran las videoconsolas Wii y PlayStation 3. Las compañías estarían obligando a los distribuidores de nuestro país a fijar los precios de sus productos.
Según anuncia la OCU desde su web, «determinadas marcas están consiguiendo imponer a los distribuidores de sus productos un mismo precio, limitando seriamente la posibilidad de competencia entre ellos y causando un importante perjuicio al consumidor».
La organización basa su queja en el un análisis realizado sobre el precio de 180 productos (representados por más de 400 modelos en total) en 16 gamas de productos de gran consumo, como son los televisores, reproductores y películas de DVD, teléfonos móviles, videoconsolas y videojuegos entre otros. El resultado ha sido claro: en 34 casos el precio es casi idéntico en la gran mayoría de establecimientos, lo que supone el 19% de los productos seleccionados.
Estos productos suelen pertenecer a marcas con una fuerte posición o incluso dominante en el mercado y entre ellas se encontraría Nintendo con su videoconsola Wii y Sony con su PlayStation 3, según informa ElOtroLado.net. Desde la OCU se considera que estas prácticas son «censurables en una economía libre de mercado por cuanto impiden el ajuste de la oferta y la demanda y mantienen precios altos de manera artificial, son realizadas por el poder de mercado que ostentan ciertas marcas que les permite dejar de suministrar sus productos al comercio que no cumpla con el precio de venta recomendado».
Por el momento, la OCU no ha emprendido una demanda contra las compañías responsables de los productos sino que ha hecho saber a la CNC y a la Comisión Europea estos hechos para que investiguen, detecten y sancionen en caso de que corresponda a las compañías. En 2009 el Tribunal de Primera Instancia de la Unión Europea ya sancionó a Nintendo con una multa de 119 millones de euros por prácticas similares.