A McDonald’s le sale más barato un robot que un humano en menos de 2 años

A McDonald’s le sale más barato un robot que un humano en menos de 2 años

Alberto García

Uno de los principales problemas a los que se enfrenta el capitalismo, y su versión más extrema de libre mercado, y que ha traído de cabeza a la mayoría de economistas, es el coste de los trabajadores. En las últimas décadas hemos visto como gracias a la mecanización, robotización, e informatización de las cadenas de producción y de los entornos laborales, ha disminuido el número de personas involucradas en los procesos de producción. Es un paso lógico en favor de la reducción de costes y el avance tecnológico, ya que ese avance permite a su vez que se creen nuevos puestos de trabajo. Pero también hay que tener en cuenta el beneficio social que hace tener a un trabajador contratado cobrando un salario.

La última compañía que ha puesto este tema encima de la mesa es McDonald’s. El expresidente de la empresa, Ed Rensi, comentó que le parece una barbaridad lo que se está reivindicando actualmente en Estados Unidos por parte de los trabajadores: que se suba el salario mínimo por hora a 15 dólares, frente a los entre 7.5 y 10 dólares que se paga actualmente dependiendo del Estado. Los que abogan por esta subida defienden que es el Estado el que al final acaba haciéndose cargo de que los trabajadores tengan salarios bajos, externalizando por tanto el coste del sector privado al sector público.

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Brazos robóticos vs humanos

Rensi echó cuentas, y dedujo que un robot que sustituya lo que hace un humano en su empresa le costaría 35.000 dólares. Eso es lo que cobra un trabajador en un año y medio. Y sin contar el seguro e impuestos que paga el empresario por ese trabajador. Remsi planteó que para tener un trabajador echando patatas en pequeñas bolsitas, le es más rentable tener un brazo robótico haciéndolo. Se quejó de que la subida salarial es una medida que destruirá empleos.

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El futuro del mundo laboral está en jaque debido a la incesante competencia que apremia en él, y cada vez hace falta una mayor formación para poder obtener mejores puestos de trabajo. Rensi plantea que la era de los trabajadores no formados queda en el pasado, y que el avance tecnológico no ha ido unido al formativo.

Lo que está claro es que es necesaria una acción conjunta por parte de las autoridades y de las empresas privadas y a largo plazo, que facilite la formación de los trabajadores para satisfacer el tipo de demanda que se crea en el mercado laboral. No hay que desestimar tampoco el que se acumule capital de forma improductiva en pocas manos, pues lo que al final dinamiza la economía son compradores con dinero.