Más de una agencia, con evidentes intereses económicos, se ha dedicado en los últimos meses a lanzar bulos en Internet. Las redes sociales son la plataforma ideal para que estos «trolls» puedan hacer correr información falsa que puede perjudicar o beneficiar a empresas privadas, entre otros. Este software, sin embargo, es capaz de detectar cuándo se está tuiteando acerca de algo que no es cierto.
El año pasado, una serie de cuentas de Twitter comenzaron a publicar sobre un supuesto desastre en una planta de productos químicos en Luisiana haciendo uso del hashtag #ColumbianChemicals. Esta desinformación supone graves riesgos, como es evidente, pero se ha desarrollado un software que permite identificar «fraudes y engaños» de este tipo de forma sencilla. ¿Cómo?
La minoría en el foco del desastre
Cuando un desastre tiene lugar realmente, hay una minoría que publica sobre el incidente de forma más rápida. Ante un suceso inventado, sin embargo, las estadísticas muestran un ritmo de publicación uniforme por parte de los usuarios que están informando al respecto, o simplemente comentando lo ocurrido. En las dos gráficas anteriores podemos ver la diferencia entre un suceso real (#SandWorm) y uno inventado (#ColumbianChemicals).
Los objetivos en Twitter no tienen sentido
Cuando realmente ocurre un desastre, los tuiteros que informan tratan de llamar la atención de las autoridades. Sin embargo, en este tipo de bulos son otros los objetivos. Este software es también capaz de analizar quiénes están interactuando ante este tipo de publicaciones para, como en el caso de #ColumbianChemicals, descubrir que las cuentas que se están mencionando no tienen conexión con lo ocurrido.
La información real se traduce en audiencia
Por último, hay otro factor que puede llevar a detectar la desinformación. Según explican, cuando un usuario de Twitter publica información sobre un hecho del que tiene conocimiento, de forma rápida comienza a recibir nuevos seguidores. Sin embargo, cuando un suceso sobre el que se está publicando es falso, como el que nos ocupa en estas líneas, las cuentas que publican no tienen repercusión a nivel de audiencia.