El síndrome de abstinencia también podría darse en la telefonía móvil

El síndrome de abstinencia también podría darse en la telefonía móvil

Javier Sanz

Se ha detectado síntomas en 4 de cada 5 participantes en un proyecto de investigación llevado a cabo por la Universidad norteamericana de Maryland a lo largo de todo el mundo. Los investigadores han revelado su sorpresa por los resultados, pues sobrepasan con creces las expectativas previas sobre la dependencia a la tecnología actual.

No hay duda alguna sobre la profundidad de las transformaciones que la incursión de la telefonía móvil y su uso generalizado han traído consigo en nuestra vida cotidiana. Por un lado, obviamente, las ventajas que la revolución tecnológica supuso, especialmente con la posibilidad de estar en contacto en cualquier momento. Pero esto tiene también su cara opuesta y oscura, a raíz del abuso que en ocasiones se puede hacer de la nueva tecnología, y la dependencia que de ellos se puede generar. Y de ello, a su vez, pueden sobrevenir diferentes enfermedades.

La última que podría haberse detectado es la calificada como síndrome de abstinencia, a raíz de un estudio elaborado por la ICMPA (Centro Internacional de la universidad de Medios y Agenda Pública). Los investigadores pretendían establecer el grado de dependencia que los jóvenes presentaban con respecto a la telefonía móvil, Internet, redes sociales. Para ello, llevaron a cabo una serie de entrevistas a un total de 1000 alumnos, de entre 17 y 23 años, pertenecientes a doce centros repartidos por 10 países a lo largo de todo el mundo, entre ellos, EEUU, Gran Bretaña y China.

Ansiedad, adicción o aislamiento han sido los sentimientos más repetidos entre las impresiones de los participantes ante la imposibilidad de emplear cualquier tipo de tecnología (móviles, ordenadores, Internet, etc.); e incluso ha habido síntomas de malestar físico; mostrando una incapacidad generalizada por dejar de utilizar alguno de ellos durante un solo día. Los especialistas, sorprendidos, no han dudado en hacer un parangón quizá demasiado alarmista, aunque no por ello no preocupante, al asemejar tales síntomas a los que presentan drogadictos o alcohólicos sometidos a un tratamiento de desintoxicación. Obviamente, la comparación quizá busque un mayor eco mediático, pero quizá habría que plantearse en qué medida dependemos de la tecnología actual en nuestra vida cotidiana.

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