Las consolas de nueva generación incorporan nuevas conexiones y una mayor potencia que posibilita jugar a más fotogramas por segundo, así como también alcanzar resoluciones mayores. Por ello, vamos a ver qué es mejor para sacarle el máximo partido a PS5 y Xbox Series X, si comprarnos una tele o un monitor.
Las consolas, tradicionalmente, han estado diseñadas con los televisores en mente. Lo normal suele ser jugar a juegos en grandes televisores, aunque cada vez hay más usuarios que compaginan PC y consola, y para ello suelen usar monitores con varias entradas de vídeo. Por tanto, vamos a analizar todas las variables que influyen a la hora de elegir un monitor o un televisor.
Resolución
Desde consolas como la Xbox One X hemos visto como la resolución objetiva ha sido el 4K. Por tanto, comprarse una consola implica sí o sí comprarse un televisor o un monitor que tenga esta resolución. Si compramos una PS5 o una Xbox Series X para jugar en un televisor Full HD, aunque tendremos una mejora de antialiasing al jugar con un juego a cuatro veces más resolución, en realidad no le estaremos sacando todo el partido a la consola.
Por ello, si tienes un televisor o monitor Full HD, puede que con una Xbox Series S vayas a tener más que suficiente. Esto no se aplica para monitores con resolución 1440p, donde sí notaremos diferencia de jugar en 4K, donde además del mencionado antialiasing. Sin embargo, de cara al futuro, es mejor apostar por las consolas más completas; sobre todo teniendo en cuenta que la versión digital de PS5 es tan asequible, ya que las pantallas 4K seguirán bajando todavía más de precio e irán convirtiéndose en la norma.
Tamaño y distancia
Los televisores tienen una clara ventaja frente a los monitores, y es su tamaño. Por 350 o 400 euros podemos comprar televisores de 50 pulgadas y alcanzar incluso tamaños de 75 pulgadas, mientras que los monitores más grandes que podemos comprar por ese dinero se sitúan en torno a las 27 o 32 pulgadas. Así, por menos dinero es posible comprar una pantalla más grande, ideal para jugar en el salón o en una habitación en la que podamos estar a una distancia suficiente del televisor.
No obstante, NVIDIA se ha aliado con fabricantes de monitores para lanzar los monitores BFGD, o Big Format Gaming Displays. Estas pantallas son monitores, pero de gran tamaño, alcanzando las 65 pulgadas, y ofreciendo las ventajas de los monitores, como conectores DisplayPort, tecnología G-Sync, tiempos de respuesta más rápidos que un televisor, tasas de refresco de 120 Hz y HDR real. Su precio, eso sí, es muy elevado.
En general, la comodidad de una consola implica jugar en un sitio relajado y recostado, y eso suele implicar un televisor. Además, los televisores cuentan con mejores tecnologías de suavizado en el caso de tener juegos con pocos FPS o resoluciones inferiores a 4K. No obstante, con los monitores podemos estar más cerca de la acción, además de poder elegir entre un monitor curvo o plano para una mejor inmersión.
Tasa de refresco
PS5 y Xbox Series X cuentan en ambos casos con puertos HDMI 2.1, los cuales son capaces de emitir señales en 8K a 60 Hz, o 4K a 120 Hz. En el caso del 8K, no hay monitores asequibles con esa resolución, mientras que hay multitud de televisores 8K en el mercado ya por menos de 2.000 euros.
En cuanto al 4K y 120 Hz, esta tasa de refresco la alcanzan televisores de gama alta como las QLED de Samsung o las OLED de LG. El problema es que pocos juegos consiguen alcanzar esa tasa de fotogramas por segundo, donde la mayoría funcionarán en 4K a 60 FPS, y algunos incluso bajarán a 4K a 30 FPS.
Por ello, no es tan importante tener un televisor o un monitor que alcance 120 o 144 Hz, ya que la mayoría de los juegos no serán capaces de funcionar a esa tasa de refresco. En el caso de que haya juegos competitivos que lo alcancen, es más barato encontrar monitores Full HD de 144 Hz.
A partir de ahí, los monitores 4K a 60 Hz son más baratos que los televisores que alcanzan esa tasa de refresco, ya que por apenas 230 euros ya hay monitores con paneles TN y 1 ms de tiempo de respuesta capaces de ofrecer ese rendimiento. No obstante, con un televisor 4K a 60 Hz vas a tener más que de sobra, ya que en esta generación serán poquísimos los juegos capaces de operar a 120 FPS.
Tiempo de respuesta, input lag y Adaptive Sync
Los monitores tienen una clara ventaja con respecto a los televisores: el input lag y el tiempo de respuesta. Los píxeles de los monitores son más pequeños, lo cual les permite tener un tiempo de respuesta más rápido y cambiar de color antes que lo hacen los televisores. Así, incluso aunque el modo juego en los televisores mejore su respuesta, un monitor siempre va a ser más rápido. El input lag en los monitores también es más bajo, ya que no hay tecnologías de procesamiento de imagen, y un monitor lento se nota mucho más que un televisor.
Además, al tener las nuevas consolas puerto HDMI 2.1, también tenemos compatibilidad con tecnologías como Variable Refresh Rate (VRR) y Adaptive Sync, gracias a las cuales los fotogramas de la consola se sincronizan con los hercios del monitor o televisor. Gracias a ello, se elimina el tearing y se reduce el input lag frente a soluciones tradicionales basadas en la sincronización vertical.
El problema es que los televisores que incorporan estas tecnologías son más caros, y actualmente casi cualquier monitor que parta desde los 150 euros ya incluye AMD FreeSync. Por ello, si tu objetivo es eliminar el tearing y tener una experiencia de juego fluida, lo mejor es que te hagas con un monitor; sobre todo si vas a jugar a juegos competitivos.
No obstante, comprar una Smart TV OLED de gama alta ofrece una experiencia de juego mejor que las LCD, ya que, al controlar individualmente cada píxel, el tiempo de respuesta es bastante rápido, siendo televisores ideales para gaming.
Conectores y versatilidad
La ventaja que tiene un monitor es clara: que también lo puedes usar para el ordenador. Usar un televisor para trabajar es poco recomendable, y un monitor es mucho más versátil para trabajar o estudiar de día, y jugar de noche. Además, si tu monitor tiene una alta tasa de refresco, puedes usarlo también para jugar a 144 Hz o incluso 240 Hz en tu PC, algo que en la consola no puedes hacer.
HDR
El HDR es un punto cada vez más controvertido en los monitores, donde muchos fabricantes alcanzan certificaciones como DisplayHDR 400, pero los paneles no reproducen HDR nativo ni cuentan con la posibilidad de mostrar los colores adicionales al usar paneles de 8 bits. La mayoría de los televisores, aunque usen paneles de 8 bits, hacen buena conversión de esos colores adicionales que muestra el HDR.
En Smart TV es bastante más sencillo encontrar modelos compatibles con estándares como HDR10+ o Dolby Vision, mientras que en monitores es todo más complicado. Por tanto, es importante conocer la compatibilidad con HDR de un monitor o televisor antes de comprarlo, donde de cara al futuro es conveniente apostar por una que tenga al menos un panel de 10 bits reales.
¿Dónde vamos a jugar?
Si todos los parámetros que te hemos explicado aún no te sirven para decidirte, dependiendo de donde vayamos a jugar, así podremos elegir si compramos un monitor o una televisión, ya que este lugar será fundamental, sobre todo por como suelen ser los dos lugares principales de una casa para poder montar nuestra zona de juegos con la consola.
La habitación
Salvo que vivas en una mansión como las que se ven ciertos programas de televisión norteamericanos, lo normal es que la habitación sea un lugar bastante más pequeño que un salón y con tampoco una estancia muy grande. En el caso de que pongamos nuestro centro de juegos en la habitación, lo normal es que sea en una mesa estilo para ordenador donde estaremos más o menos cerca de lo que pongamos para ver los juegos de la consola. no sería muy normal y un televisor en este caso, puesto que estaríamos excesivamente cerca estropeando mucho la imagen.
En este caso lo normal sería un monitor de entre 24 y 32 pulgadas aproximadamente y que esté en el extremo de la mesa.
Salón
Si utilizamos el salón para jugar con los juegos de nuestra consola, lo normal es estar a unos 2 o 3 metros de lo que utilicemos para ver los juegos, por lo que un monitor de 24 a 32 pulgadas sería excesivamente pequeño. Por eso en este caso está de sobra justificado que conectemos la consola a nuestro televisor. Sería muy aconsejable que tuviera una frecuencia de refresco alta, ya que los videojuegos de hoy en día lo requieren, por lo de 120 Hz para arriba sería lo ideal. En cuanto al tamaño, dependerá mucho del tamaño del salón. Por ejemplo, un televisor de 65 pulgadas, con resolución 4K debería estar a unos 3-4 metros de nosotros, mientras que uno de 43 pulgadas debería estar en 2,5- 3 metros, aproximadamente.
Conclusión
Como siempre ocurre, la respuesta a la pregunta del titular es compleja, y depende de lo que necesites. Los televisores y los monitores tienen cada uno unas ventajas que el otro no tiene. En televisores tenemos mejor compatibilidad con HDR y un mayor tamaño, siendo ideales para complementar una experiencia de juego tranquila tumbado en el sofá y luego usar ese televisor para ver películas.
Los monitores, por su parte, tienen un tiempo de respuesta más rápido, y es más barato encontrar monitores con tasas de refresco de 144 Hz, así como los monitores 4K a 60 Hz son también más baratos en la actualidad que un televisor. Por tanto, al final lo mejor es que compres lo que mejor se adapte a tus necesidades, ya que en ambos casos vas a tener una experiencia de juego genial.