Oculus Rift CV1: ¿merece la pena la realidad virtual?

Oculus Rift CV1: ¿merece la pena la realidad virtual?

Alberto García

La industria del entretenimiento ha intentado por activa y por pasiva crearnos necesidades a través de nuevas tecnologías. Algunas realmente han supuesto una mejora en los productos que usamos a diario, mientras que otras no han tenido ningún éxito. La realidad virtual es una de estas tecnologías cuyo éxito depende de los ojos con los que se las mire, ya que han supuesto un antes y un después en la forma en la que jugamos en los videojuegos.

Oculus Rift fue la primera marca en crear unas gafas de realidad virtual y quien desarrolló inicialmente el concepto. Después de dos modelos de desarrollo, la compañía lanzó las CV1, que han tenido una feroz competencia por parte de HTC Vive y las gafas de realidad mixta de Microsoft que han dado lugar a modelos de Samsung, Lenovo o HP.

Estas gafas de realidad virtual han cambiado muy poco desde 2016. En ese año, la compañía las lanzó al mercado después de mucha expectación con un mando de Xbox One, y a finales de año le añadieron los Oculus Touch, que también se vendían por separado para quienes ya tuvieran las gafas.

Gracias a estos mandos, la experiencia de realidad virtual era mucho más natural, ya que tienen dobles gatillos para el dedo índice y corazón, además de detectar la posición del dedo gordo si lo pegamos al mando. Si las gafas te sumergen en la tridimensionalidad del juego, los mandos te introducen todavía más gracias a lo natural de su forma y de las acciones que realizamos con ellos, sobre todo gracias a lo suave que son los dos gatillos de cada mando. Casi que te olvidas de que los tienes en las manos.

Sin embargo, Oculus se ha visto adelantada por la competencia en determinadas funciones. Por ejemplo, las gafas de realidad mixta de Microsoft nos posicionan hacia afuera sin requerir de sensores externos que nos ubiquen en todo momento. Con Oculus Rift necesitamos al menos dos sensores de posición que se colocan en la parte frontal, donde también se necesitan tres si queremos que ubique los mandos en 360 grados. Si solo usamos dos, no podemos ponernos de espaldas a los otros dos sensores porque bloqueamos la visión directa que tienen de los mandos con nuestro cuerpo, lo cual limita la libertad en los juegos.

Además, los sensores usan USB 3.0, al igual que las gafas, por lo que de serie necesitas tres puertos USB libres, y hasta cinco si incorporas los dos sensores adicionales que permiten las gafas. En un portátil no te valdrá con un hub, porque puede saturarse por las necesidades energéticas de los sensores, por lo que hay que tener cuidado si juegas en un portátil.

A pesar de todo esto, las Oculus Rift han envejecido muy bien, ya que siguen funcionando de manera excelente. Nada más abrir la caja ya destaca la gran calidad de sus componentes y materiales, y el software y todo el proceso de configuración está muy maduro. Eso sí, al configurarlas por primera vez es necesario reiniciar el PC y volver a conectarlas, ya que hasta que no lo hice no conseguí que la pantalla de las gafas mostrara imagen (ni siquiera tapando el sensor). A partir de ahí no tuve problemas en ninguno de los dos ordenadores en los que las probé.

Juegos

Hay cientos de juegos compatibles con realidad virtual, y en la propia tienda de Oculus encontramos algunos de los mejores, como The Climb, Beat Saber, Superhot VR o Lone Echo, que se encuentran entre los títulos que hemos probado, donde destacamos Lone Echo o Superhot VR (que es muy corto, pero es la iniciación ideal a la realidad virtual). La primera vez que juegas a títulos como Superhot te vas a encontrar confundiendo la realidad y lo virtual. En mi caso, me pasó 3 veces el intentar apoyarme en una superficie que estaba en el juego, pero que obviamente en la realidad no estaba.

En Steam contamos con algunos juegos adaptados a VR, como Doom VFR, Fallout 4 VR, L.A. Noire: The VR Case Files, The Talos Principle VR, y un largo etcétera. También tenemos shooters para jugar online con nuestros amigos, como Pavlov VR, que mezcla lo más divertido de Counter-Strike y Garry’s Mod. Entre los shooters destaca sobre todo Arizona Sunshine, un juego de zombies que cuando lo juegues te va a cambiar la percepción de los videojuegos. Si ya te asustas en Left 4 Dead 2 cuando te queda poca vida o munición y te atropella la horda, con este juego vas a sentir de la forma más realista posible el tener a decenas de zombies yendo a por ti.

Con títulos como Lone Echo encontramos que es un juegazo más allá de la realidad virtual. Por ejemplo, este título bien puede durarte entre 6 y 8 horas, con una historia interesante que engancha y llena de puzles interesantes para los controles de realidad virtual. En el juego nos transportamos al espacio en el año 2132, donde controlas a Jack, un robot que tiene que ayudar a Olivia en una nave de minado de recursos en las lunas de Saturno alrededor de la cual aparece una anomalía en el espacio que estropea su nave.

Este título es probablemente de los mejores de realidad virtual que podemos jugar en la actualidad, y se nota que Ready at Dawn pensó desde cero en hacer un juego que aprovecha al máximo la realidad virtual. Lone Echo es exclusivo de la Oculus Store, y su segunda parte se lanzará este año.

La libertad de movimiento es algo escasa en la mayoría de juegos. A excepción de algunos como L.A Noire, Lone Echo (donde vas flotando en ingravidez) o Pavlov VR, el movimiento en el resto de juegos es algo que está predeterminado y da la sensación de estar jugando a un juego sobre raíles como los de recreativas.

Dentro de estas experiencias que parecen demos, tenemos una gran variedad de títulos gratis en Steam y en la propia tienda de Oculus, como BBC Home – A VR Spacewalk, que nos permite pasear por el espacio con una calidad gráfica insuperable en la actualidad. También Flying Aces nos permite pilotar un avión de combate, aunque con unos gráficos mejorables. El precio de los juegos de pago no es muy elevado, siendo hasta 40 euros el más caro, pero también son más cortos y no tan buenos como los AAA.

La compatibilidad con Steam de las gafas es excelente, ya que las detecta nada más abrirlo y nos recomienda descargar y configurar SteamVR, donde podemos jugar en realidad virtual a los títulos de nuestra biblioteca. De los que tenía estuve probando Project CARS, y la sensación de echar una carrera en él es alucinante, aunque si vas buscando obtener los mejores tiempos sigue siendo mejor usar un monitor de 144 Hz o 240 Hz y de mejor resolución.

Esta compatibilidad de las Oculus Rift con Steam es otro punto que tienen a su favor, ya que con las HTC Vive no se puede jugar a juegos de la Oculus Store, la cual tiene exclusivos como el mencionado Lone Echo.

La resolución: uno de los principales inconvenientes

Hablar sobre los gráficos nos lleva a uno de los principales inconvenientes de estas gafas: la resolución. Aunque sobre el papel su panel OLED de 2.160 x 1.200 píxeles (1.080 x 1.200 por ojo) parezcan bastantes, el hecho de tener la pantalla tan cerca de los ojos equivale a ponernos un móvil muy cerca de la cara, donde podemos ver los píxeles individuales. Este efecto se nota aún más con las gafas de realidad virtual, ya que tienen lentes de aumento que nos hacen ver los píxeles aún más grandes, y se genera ese efecto de malla donde los píxeles se ven bastante grandes.

Esto al final equivale a estar viendo un juego en 480p en un monitor normal de PC, donde se nos hace difícil distinguir objetos a distancia, pero que nos permite jugar sin mayor problema, ya que los juegos están adaptados a esta, técnicamente, baja resolución.

En la actualidad, las gafas de realidad virtual que más resolución ofrecen son las de realidad mixta de Microsoft, con 2.880 x 1.440 píxeles de resolución (1.440 x 1.440 píxeles por ojo). Esta resolución sigue siendo mayor aún de las que ofrecerán las Oculus Rift S (2.560 x 1440 píxeles). De hecho, Samsung anunció por sorpresa las HMD Odyssey+ el pasado mes de octubre, con 2.880 x 1.600 píxeles de resolución, siendo estás las que más resolución tienen del mercado.

Además, si eres miope vas a tener que llevar tus gafas puestas con las Oculus Rift, ya que no hay ajuste de miopía. Esto puede añadir una incomodidad extra, ya que al final el cristal de las gafas va a estar contactando con la lente de las Oculus, y eso es algo que debemos evitar a toda costa para no rayarlo. Además, las gafas se nos van a manchar por la propia grasa de nuestras pestañas, y tendremos que andar limpiando ambas gafas tras cada sesión.

Por suerte, gracias al tiempo que llevan estas gafas en el mercado, existen unas lentes de cristal adaptables que permiten corregir problemas de visión como la miopía o el astigmatismo. Si conoces todos los datos de tus gafas, puedes pedir unas lentes personalizadas en VR Lens Lab, las cuales se colocan en un marco. El precio de estas lentes está en torno a 100 euros dependiendo de los extras que pidamos.

Tiempo de uso y comodidad

Si nos gusta jugar a videojuegos, lo más probable es que la mayor parte del tiempo lo vayas a pasar jugando sin las gafas incluso después de haberlas comprado. No hay un tiempo máximo establecido de uso con las gafas, pero con las Oculus Rift se puede pasar incluso horas seguidas sin problemas, ayudado por la espuma que contacta con nuestra cara, que es excepcionalmente cómoda.

Sin embargo, el ángulo de visión podría ser mayor; sobre todo el horizontal, ya que en 110º vamos a encontrarnos que tendremos que girar la cabeza con frecuencia. Al tener una pantalla de 90 Hz y unos sensores que registran los movimientos de nuestra cabeza y mandos en tiempo real sin latencia, no genera ningún tipo de sensación de mareo.

Esto es algo subjetivo y en mi caso no he tenido ningún problema. A lo mejor otra persona puede acabar mareada a los 5 minutos, pero no es lo normal. Eso sí, es importante tener en cuenta que la experiencia con las Oculus Rift no tiene nada que ver con la que ofrece un móvil con Google Cardboard y derivados donde introducimos el móvil. En esos casos las experiencias 3D funcionan a 60 fps o incluso menos, además de que el movimiento se registra con retraso y las lentes no pueden modificarse en profundidad. En esos casos sí que es muy difícil aguantar más de 5 minutos usándolas. Aquí lo único que puede llegar a cansarte es la vista, pero la cabeza no duele. Además, no es lo mismo una demo de una montaña rusa que un juego con un escenario estable, donde en este último podremos aguantar más.

Es conveniente hacer descansos cada poco rato con las gafas de realidad virtual, ya que además si la temperatura ambiente está por encima de los 20 grados, tenderemos a sudar en la zona donde están colocadas las gafas; sobre todo con juegos que requieran movimiento de pie como Beat Saber o The Climb.

Para poder jugar con tranquilidad también es necesario dejar al menos 1 o 1,5 metros cuadrados de espacio para poder movernos con tranquilidad. Las gafas permiten establecer una zona segura para evitar este problema, lo cual es muy útil porque si no lo tienes activo te vas a acabar desviando sin querer, ya estés de pie o en una silla con ruedas.

Diversión y otra perspectiva de los videojuegos

La clave de la realidad virtual es que añade otra perspectiva totalmente distinta a lo que entendíamos por videojuegos. En lugar de ver una pantalla, ahora te introduces en el juego. Sin embargo, a no ser que el juego sea exclusivo de realidad virtual, va a haber momentos donde prefieras jugarlo en una pantalla normal por la mejor resolución o porque te dé demasiado miedo dependiendo del juego.

Si te gustan los videojuegos, y quieres vivir experiencias inmersivas en primera persona, la realidad virtual te ofrece un amplio abanico de videojuegos compatibles, con unas gafas que además incluyen unos auriculares con una excelente calidad de sonido y diseñados para ofrecer la mayor comodidad posible al no tener partes duras. Sin embargo, es mejor que te esperes para comprar el nuevo modelo que Oculus va a lanzar al mercado en los próximos meses, ya que solventará algunas de las carencias de este primer modelo.

Actualmente ya no es posible comprar en la web oficial estas primeras Oculus Rift, ya que la compañía lanzará en apenas unos meses las Oculus Rift S, con una pantalla LCD de 2.560 x 1.440 píxeles (1280 x 1440 por ojo) a 80 Hz, con un campo de visión mayor de 115º por los 110º de las Oculus Rift, y con cinco cámaras que apuntan hacia afuera para realizar el posicionamiento y no tener que depender de sensores externos como el modelo actual. Así, Oculus se pone al nivel de la competencia, y además mantendrán el precio. La compañía desecha el panel OLED que usaban hasta ahora, y además mejoran la óptica para reducir el efecto de malla (screen door effect en inglés), así como los reflejos.

Este precio bajo es la principal baza que Oculus juega frente a las HTC Vive, a pesar de que estas sean más populares en el mercado. El Starter Kit de las gafas de Valve cuesta 1.199 euros; casi 3 veces más de lo que costarán las nuevas gafas de Oculus. Aunque sean las mejores, esa diferencia de precio irá llevando a muchos jugadores que quieran adentrarse en la realidad virtual a las gafas de Oculus o a las de los partners de Microsoft con la realidad mixta.

Si encuentras una oferta de cualquier headset, ya sea de un Oculus Rift CV1 o de unos de realidad mixta, donde puedas hacerte con ellos por 250 o 300 euros, no hay ninguna duda: cómpralos. La experiencia merece la pena, ya es que algo que no has experimentado jamás en otros videojuegos. Por ese dinero no tienes ni siquiera que gastarte más, ya que hay muchos títulos gratis, y otros que probablemente compres para PC ya son compatibles con VR. Por desgracia, la mayoría de juegos que se lanzan no lo son, ya que la realidad virtual sigue siendo un nicho algo limitado en pleno 2019.

No obstante, decenas de nuevos títulos se lanzarán próximamente que te harán pensarte el comprar un casco de realidad virtual, como Lone Echo 2, Borderlands 2, Assetto Corsa Competizione, Defector o Stormland. Además, si buscas jugar a los mejores juegos de realidad virtual, Steam cuenta con un pack de VR Essentials, que incluye títulos como Superhot VR o Arizona Sunshine. Este pack no incluye Lone Echo, que es probablemente el mejor juego de realidad virtual disponible en la actualidad, ya que este título es exclusivo de la Oculus Store.

Como vemos, la realidad virtual tiene mucho futuro por delante. Cada vez siguen saliendo más juegos compatibles con ella, por lo que debería darte miedo invertir en una de estas gafas de realidad virtual siempre y cuando no te salgan demasiado caras. Además, Valve está desarrollando actualmente tres juegos para realidad virtual, y vas a necesitar sí o sí unas gafas para jugarlos.

La realidad virtual es una forma diferente de entender los videojuegos, pero no va a sustituir a la forma tradicional. Es una adición muy interesante y recomendable si quieres probar nuevas experiencias y complementar los juegos que ya juegas en la actualidad, pero no son imprescindibles. Han pasado tres años desde que se lanzaron las primeras versiones comerciales, y en este tiempo el catálogo de juegos ha crecido a buen ritmo, y en el futuro sigue habiendo una gran cantidad de títulos anunciados. Esto no es como el 3D de las televisiones que ya nadie usa. En estas gafas tenemos cientos de horas de diversión, además de otras experiencias más allá de los juegos que aportan mayor utilidad a estas gafas, como ver películas u otro tipo de contenido multimedia.

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