Antes de comprarte un monitor y teclado piensa: ¿no trabajas más rápido con tu portátil?

Si tienes el dinero, y cuentas con un buen espacio en tu habitación o sala para hacerlo, pocos motivos hay para no lanzarse a comprar estos accesorios. Pero aparte de la inversión monetaria, hay otro aspecto en el que deberías pensar para evitar arrepentimientos.

Comprarse un monitor y un teclado va a tener el fin de trabajar más cómodo y más rápido, a la vez que no te dejas los ojos en una pantalla pequeña. Por ello, conseguir el mejor setup no va a pasar necesariamente por comprar el monitor 4K con mejores prestaciones, o el teclado bluetooth más reluciente con colores y teclas vintage.

Si tu objetivo es hacer lo que haces con mayor rapidez, recuerda que es posible que estés tan acostumbrado a usar un portátil que el hecho de tener que moverte con mayor amplitud para manejar el teclado y el ratón, incluso para seguir el puntero en la pantalla, puede llevarte más tiempo del que te gustaría si estás acostumbrado desde hace años al uso de un portátil.

Por supuesto que la costumbre es clave, y que también puedes hacerte al uso de un ordenador de tipo sobremesa con el tiempo, pero los ordenadores portátiles tienen la ventaja de no tener que mover tanto las manos entre teclado y mouse, y si estás muy hecho a tu trackpad, el manejo del ratón puede resultarte desagradable al principio.

Contando con ello, y si además el teclado de tu portátil ya es cómodo y silencioso, puede ser que te preguntes: ¿para qué usar un teclado y mouse externos? La mayor diferencia puede radicar en la pantalla, ya que un monitor externo indudablemente va a darte mayor rango de visión.

Pero, en este sentido, también es posible que nos convenga más, simplemente, comprar un nuevo portátil con una pantalla grande, con el máximo de pulgadas, en lugar de usar ese monitor externo con el que luego tendremos que cargar al hacer una mudanza, por ejemplo.

Sacrificar la portabilidad

Aquí entran en juego también otros factores más allá del hardware. ¿Es cómodo tu escritorio? ¿Cuenta con el suficiente espacio para ubicar teclado, ratón, portátil conectado/torre y monitor? ¿Tu silla es cómoda y ergonómica?

Un portátil te da la ventaja de ir cambiando de ambiente, manteniendo un ritmo de trabajo similar en todos ellos. Con un equipo de sobremesa, tendrás que asegurarte de que el lugar es cómodo y te permite relacionarte adecuadamente con el teclado y ratón, estando a distancias correctas y permitiéndote una postura saludable.

Si cualquiera de estos aspectos falla, podrías darte cuenta de que trabajabas más cómodamente con tu portátil, y que tal vez hayas gastado un dinero que realmente no tenías por qué perder. No tiene nada malo en ser usuario incondicional de los portátiles. Si crees que te falta pantalla, puedes buscar modelos con pantallas grandes, de 17 pulgadas o más (aunque también van a requerir una inversión relevante).