Chromecast sigue siendo mejor que el nuevo Google TV Streamer en una de sus características
Hace poco llegó el nuevo dispositivo Google TV Streamer dispuesto a revolucionar el mercado. Su potencia 4K, sus características renovadas y su excelente diseño apuntaban a que la familia Chromecast sería olvidada con rapidez. Pero posiblemente no ocurra tan rápido como se podría imaginar, dado que los dongles de Google todavía están dando mucha guerra.
Google dejó claro que, con el lanzamiento del nuevo Google TV Streamer, el objetivo era que este diera sucesión a la familia Chromecast y que estos terminales fueran cayendo en desuso. Pero ya hemos hablado con anterioridad sobre cómo a los Chromecast les queda cuerda para rato. Ahora, una comparativa de 9 to 5 Google deja claro cuál es uno de esos rasgos en los que el Google TV Streamer no puede competir con la propuesta clásica de los Chromecast.
La clave está en el mando
Los cambios de diseño en todos los aspectos de la tecnología de Google son lógicos. Llegan nuevas generaciones de dispositivos y el diseño tiene que actualizarse. Por ello, cuando el Google TV Streamer se lanzó con un nuevo mando a distancia, no hubo muchas quejas al respecto. Al fin y al cabo, es difícil llegar a tomar una mala decisión sobre algo como el mando, un tipo de accesorio que se ha perfeccionado tanto a lo largo de los años que es raro que acabe saliendo mal.
Pero en esta comparativa, nos encontramos con que, indudablemente, el mando del nuevo Google TV Streamer se queda por detrás en usabilidad en comparación al de los Chromecast. Y el motivo se encuentra en el cambio que se ha realizado en la colocación de los botones correspondientes a la subida y la bajada del volumen. ¿Pero tanto cambian y de verdad afecta directamente a la forma en la que usas el dispositivo en el día a día?
Lo notas cuando lo usas
A primera vista, ¿qué importa que los controles de volumen hayan pasado de estar en el lateral a encontrarse en el panel frontal que tiene el mando? Puede parecer, como decíamos, un cambio inocuo. Pero tal y como mencionan en la comparativa, el cambio realmente se nota cuando ya estás usando el dispositivo en tu día a día. Así, lo que aprecian que cambia es la facilidad para ajustar el volumen sin tener que sujetar el mando. Y ponen un ejemplo para que lo entendamos mejor.
Mencionan que, con el mando del Chromecast, daba igual si dejabas el mando sobre la mesa y simplemente deslizabas los dedos hacia los botones del lateral. Al pulsarlos, el dispositivo reconocía el movimiento y la forma que tiene el mando lo mantenía estable. A todos nos ha pasado más de una vez que estamos tirados en el sofá y estiramos un poco la mano para llegar al mando y así bajar el volumen, el cual nos suele molestar si estamos echándonos una siesta.
Pero con el nuevo mando que incluye el Google TV Streamer, se han fijado que, al hacer esto mismo, el mando no mantiene la estabilidad y llega a ser casi imposible ajustar el volumen. La única opción que te queda es sacar fuerzas de flaqueza y sujetar el mando en su totalidad para poder hacer el cambio de volumen, subiéndolo o bajándolo a voluntad
Y, aunque puede parecer algo que tiene poca importancia, lo cierto es que puede ser más relevante de lo que imaginamos, sobre todo si te has visto en ese tipo de situación en alguna ocasión. Con el mando de los Chromecast, Google innovó al colocar los botones de volumen en el lateral, como si se tratase de un móvil. Ahora han vuelto al modelo clásico de botones frontales y eso también, entre otras cosas, ha aumentado el tamaño del dispositivo. Quizá, para una futura nueva versión, se tengan que pensar si recuperar la esencia del mando de los Chromecast.
Los cambios en el mando del nuevo Google TV Streamer podrían indicar una apuesta del gigante de Internet por unificar la experiencia en todos sus dispositivos de streaming, haciendo que sea todo mucho más minimalista y sencillo. Eso sí, este cambio podría tener un impacto negativo en las personas con necesidades de accesibilidades, lo que obligaría a introducir otro tipo de funciones en el dispositivo para que no resulten perjudicadas.