Todos (o prácticamente todos) tenemos WiFi en casa y lo usamos cada día. En casa, en la oficina, en casa de tus padres. Todos nos conectamos a una red WiFi pero no siempre la seguridad es la mejor, poniendo en riesgo nuestros datos personales o permitiendo que haya intrusos que se conecten a nuestra red sin permiso. Pero podemos evitar esto siguiendo una serie de consejos básicos de seguridad y desde Lowi recogen una serie de trucos y opciones fundamentales.
Aunque generalmente será el técnico el encargado de configurar tu red WiFi de la mejor forma posible, conviene que sepamos en qué debemos fijarnos y qué es importante a nivel de seguridad y privacidad en la red inalámbrica. Y hay una serie de aspectos, como explican desde el operador Lowi, que son fundamentales.
Configura bien la contraseña
Es fundamental que nuestra conexión WiFi tenga una contraseña segura, robusta y que se aleje de las claves habituales y fáciles que todos solemos utilizar en algunos casos. Nada de 123456 ni claves obvias. Es aconsejable siempre que la contraseña del WiFi (como de cualquier otra web o aparato) utilice letras y números y otro tipo de caracteres como símbolos. Puedes usar letras mayúsculas y minúsculas y es aconsejable que sea larga y que tenga, como mínimo, ocho caracteres en total y que sean variados y no obvios o fácilmente adivinables.
Podemos modificar la contraseña del router desde el software del mismo y dependerá del operador que tengas o del modelo del aparato pero la ruta que debemos seguir es prácticamente la misma siempre:
- Accedemos al navegador del ordenador
- Vamos a la barra de direcciones y escribimos 192.168.1.1
- Entraremos en el software del router
- Debes usar tu usuario y contraseña
Esto lo encontraremos en la pegatina posterior del router o bien hay una serie de contraseñas y usuarios por defecto depende del operador que tengamos
- Accedemos a los ajustes del router
- Buscamos el apartado de seguridad y privacidad
- Buscamos la red WiFi a la que queremos cambiar la contraseña
- Modificamos el nombre y la contraseña de la misma
Dependerá del operador que haya más opciones o del router en sí. Es posible que haya una aplicación desde la que gestionarlo pero siempre es esta la ruta que debes seguir independientemente de la marca o modelo que tengas en casa.
Elige el protocolo de seguridad
Pero la contraseña no es solo importante, también lo es el protocolo de seguridad que tenga nuestro router. Hay diferentes protocolos de seguridad y algunos de ellos han dejado de usarse porque están obsoletos. Al principio, las redes WiFi eran protegidas por el estándar WEP, ‘Wired Equivalent Privacy’, que a pesar de su nombre se demostró que ni mucho menos brindaba la seguridad de una red cableada. Con un software específico, y en apenas dos minutos, era sencillo saltarse este sistema de protección de las redes WiFi. Después llegó WPA, y si tan solo duró un año su primera versión es porque rápidamente se demostró también que no era seguro, o no tanto como se pretendía.
Lo más aconsejable es que tu router esté configurado con WPA2 o WPA3. Esta nueva versión se creó para corregir los fallos y las deficiencias del sistema WPA y fue lanzado en 2004, apenas un año después que el sistema al que sirve de evolución. Utiliza el algoritmo de cifrado AES (Advanced Encryption Standard) y sirve tanto para el sector privado como para el público. Su avance implica una mayor seguridad a la hora del acceso a los datos, ya sea a través de contraseña o mediante el acceso a un servidor. Este sistema estuvo en vigor durante más de una década, pero al final se encontró una vulnerabilidad y se procedió a crear una evolución, el WPA3.
WPA3 es un protocolo de seguridad que refuerza el cifrado para impedir el acceso malintencionado a los datos de una persona cuando está utilizando una red WiFi. Y lo hace mediante un cifrado de 192 bits frente a los 128 de sus predecesores, provocando que sea más difícil saltarse esa cadena de cifrado y acceder a los datos que se quieren proteger. Protege mejor las contraseñas débiles, porque es menos vulnerable a un ataque de fuerza bruta. Se trata del protocolo actual, cada vez más implantado, y el que ofrece una mayor robustez frente a los ataques y a los intentos de robo de datos.
Revisa posibles intrusos
Más allá de configurar esto, podemos revisar de forma periódica los dispositivos que hay conectados a nuestra red para evitar posibles intrusos que estén conectados a la red WiFi de casa. Esto es sencillo y no requiere conocimientos técnicos sino que únicamente necesitaríamos una aplicación en nuestro teléfono móvil y conexión a Internet. La aplicación que puede ayudarnos en estos casos es Fing y es compatible con Android y con iOS. La descargamos en el teléfono y veremos todos los dispositivos que hay conectados a tu red, además de la IP correspondiente de cada uno de ellos…
Viendo el tipo de dispositivo, la marca o el modelo es fácil saber si hay alguien que nos está robando Internet porque haya algo que no te suena: una aspiradora que no tienes, un ordenador de una marca que no hay en casa, etc. Además, puedes bloquear el acceso a ese dispositivo en concreto.