Así cambié las rejillas del aire acondicionado de casa: comencé a notar que pagaba menos y enfriaba más
Hace mucho calor, y no dudo en poner el ventilador o el aire acondicionado cuando considero que hace falta. No escatimo en ello ya que, considerando que estamos en España, hay que entender que el verano puede ser duro y merece la pena estar a gusto en casa. No obstante, es también importante tomar las medidas necesarias para ahorrar todo lo posible en la factura eléctrica, principalmente para no gastar de más, pero también porque hay que ser algo conscientes de la contaminación que provoca el despilfarro energético.
Descubrí no hace mucho que mi forma de poner el aire acondicionado, en realidad, no era la correcta. Teniendo la unidad interior del AC en el salón de la casa o en la habitación principal, pensaba que lo normal (al menos eso suponía) era que el AC apuntase de la forma más directa posible al sofá o la cama. Hay gente a la que esto no le gusta porque son susceptibles al cambio de temperatura y temen resfriarse. En mi caso, solo quiero estar lo más fresco posible y cuanto antes mejor.
Pero lo cierto es que hacerlo de esta manera no es la forma más correcta cuando, al final, lo que queremos es que el conjunto de la habitación se enfríe, y no solo un punto fijo en el suelo donde nos encontremos, como tumbados en el sofá o sentados en la mesa. Es por ello que es mejor colocar las rejillas del aire acondicionado hacia arriba. Puede parecer contraintuitivo porque, en un primer momento, no notaremos tanto el efecto del aparato, y tendremos que aguantar algo más de tiempo acalorados hasta notar que la temperatura baja.
Sin embargo, mover las rejillas para que apunten hacia el techo es lo mejor que puedes hacer si quieres usar este artefacto de la forma más eficiente posible. Dado que el aire caliente tiende a concentrarse en la parte superior de la sala, colocar así las rejillas hará que el AC pueda luchar mejor contra la temperatura elevada, bajándola progresivamente hasta hacer que todo el espacio de la sala, y no solo la parte más baja, llegue a la temperatura deseada.
Es por ello que es recomendable situar las rejillas de esta forma, cosa que, unidas a una elección de temperatura razonable y a unos buenos hábitos de uso, puede mejorar mucho la eficiencia y, con ello, reducir la factura a final de mes.
Uso inteligente del AC
Como decimos, a esta colocación de las rejillas hay que añadir una buena elección de temperatura y unos horarios de uso que serán mejores cuando sean continuos en lugar de con demasiadas interrupciones a lo largo del día. La temperatura ideal a la que usar el AC para no gastar demasiado será de 24 o 25 grados durante el día, pudiendo dejarlo en 26 durante la noche para evitar un enfriamiento demasiado extremo. Y es que, cada grado de temperatura de diferencia puede alterar el importe de la factura en hasta un 7%.
Asimismo, ten en cuenta que es mejor dejar el AC encendido un rato prolongado en lugar de apagarlo y volver a encenderlo varias veces. Esto es así porque uno de estos aparatos puede llegar a consumir 1,5kWh al encenderlo. Pero, una vez se alcance la temperatura deseada, el esfuerzo energético debería descender y quedarse en solo 0,3kWh. Sería buena idea repasar estas medidas en los manuales o documentación oficial de nuestro modelo de aire acondicionado.
Por ello, es buena idea que decidas en qué momento del día lo necesitas más (mañana, mediodía o tarde/noche), y dejar el aire acondicionado ininterrumpido el tiempo oportuno (no merece la pena apagarlo si solo vas a salir a comprar durante unos minutos, por ejemplo).
A todo esto hay que añadir que, si tu AC permite el movimiento continuado de las rejillas, programarlo para que las vaya moviendo de arriba abajo continuamente será la mejor opción, sobre todo, si queremos refrescar también otras habitaciones contiguas, al provocar un mayor movimiento del aire y facilitando que se mueva entre las estancias. Además, no olvides limitar la luz entrante con las persianas o cortinas si tu hogar es muy luminoso, ya que esta luz directa podría calentar el aparato.