Cuando buscamos un operador con el que contratar un servicio, muchas veces únicamente miramos el precio. En el caso de O2, sus tarifas no son las más económicas, pero gracias a su política de precios podemos ahorrarnos una buena cantidad de euros.
Durante los últimos años, la mayoría de las operadoras han comenzado una guerra de precios que nos ha permitido disfrutar de tarifas mucho más competitivas con respecto a las que teníamos antaño. Sin embargo, cuando nos planteamos cambiar de compañía o contratar un nuevo servicio, no es solo el precio en lo único que debemos fijarnos, también en la flexibilidad que tenemos con sus tarifas para poder adaptar las mismas a nuestro consumo.
En el caso de O2, no se trata de la compañía más económica del mercado. Sin embargo, cuenta con una particularidad que no todas las operadoras nos ofrecen: podemos cambiar de tarifa tantas veces como deseemos y, además, los cambios se aplican en el acto. Por lo tanto, no debemos esperar al siguiente ciclo de facturación para disfrutar de estos cambios.
Las tarifas de O2
Para los usuarios que únicamente tienen contratados servicios móviles, O2 nos ofrece diferentes opciones que parten de los 12 Gb, por 7€, y alcanzan los 150 Gb por 20€. Todas ellas con llamadas ilimitadas y, además, con la posibilidad de disfrutar de servicios añadidos, como es el caso de la eSIM.
Normalmente, cuando escogemos una tarifa, solemos calcular el consumo que realizamos mes a mes y seleccionamos la opción que mejor se puede adaptar al mismo. Pero, ¿qué ocurre si no llegamos a dicho consumo o si superamos el mismo? En O2 no acumulamos gigas, por lo que todo lo que no consumamos, lo perdemos.
Cambios de tarifa ilimitados
Con O2, una buena estrategia pasa por comenzar el mes siempre por las tarifas más económicas y, a medida que vamos acercándonos al límite, vamos subiendo cambiando la misma. Gracias a que la política de O2 pasa por hacer efectivo el cambio automáticamente, sin necesidad de esperar al siguiente ciclo de facturación, no es necesario que seamos tan previsores. Además, los consumos se prorratean, por lo que siempre pagaríamos el consumo lo más ajustado posible a nuestra tarifa.
Pese a que el ahorro que experimentamos puede no compensar los constantes cambios de tarifa, sí que es un buen recurso para aquellos meses en los que estamos de vacaciones con nuestra familia y no usamos tanto el móvil o para las clásicas segundas líneas que no solemos utilizar tanto en el día a día y que no compensa económicamente mantener siempre una de las tarifas más elevadas. También en aquellos casos en los que no tenemos un consumo lineal de datos y, en función del mes, tenemos muchos picos de consumo.
En todas estas situaciones, O2 puede no tener la tarifa más económica del mercado. Pero con una buena planificación, puede ser la que más nos permite ahorrar si nos acordamos siempre de hacer todos los cambios a tiempo. Siendo una solución mucho más rentable que los clásicos bonos de datos extra que nos dan una menor flexibilidad y, además, tienen un coste mayor.