Habrá quien diga que ver películas también es perder el tiempo, pero pueden salvarte del scroll infinito en redes sociales
Ver películas como remedio para la adicción a redes sociales y el scroll infinito en Instagram, Twitter o YouTube. Parece una tontería pero, para bien o para mal, comienza a tener sentido.
Aunque la comunidad científica no se pone de acuerdo en si las redes sociales están, efectivamente, causando un deterioro en nuestra capacidad de atención, lo que está claro es que muchas personas tenemos la misma sensación: la inmediatez de los tuits, stories y vídeos cortos nos incita a consumir contenido aceleradamente, lo que dificulta que nos centremos en algo durante un tiempo prolongado.
Para remediar esto, leer es uno de los mejores consejos que se suelen dar. Dedicar un tiempo al día a leer puede ayudarnos a desconectar de la infinitud de contenidos en redes y entrenarnos en el arte de la concentración (además de estimular la imaginación). Pero, ¿y si ya hubiésemos pasado de nivel?
Es decir, ante el hecho de que leer un libro es, para muchos, tarea imposible, y dado que los vídeos cortos son el contenido más visto en redes, es posible que las películas sean los ‘nuevos libros’, por así decirlo.
Una película, dada su larga duración, ya implica un esfuerzo por mantener la concentración. Pese al dinamismo que proporcionan las imágenes y sonidos del séptimo arte, incluso las películas han perdido efectividad a la hora de retener la atención. Es por ello que muchos de nosotros hacemos alguna pausa para mirar el móvil o, incluso, desconectamos varios minutos de la película para ver otra cosa (una historia de Instagram o un vídeo de TikTok) y luego volver.
El argumento es el siguiente: nuestra capacidad de atención está tan deteriorada que ya pensar en leer algo es utópico. En su lugar, ver una película de principio a fin sin distracciones puede convertirse ahora en una muestra de capacidad intelectual y estatus cultural. El listón ha bajado, por así decirlo.
Recuperar la capacidad de atención
Este es el debate que inició recientemente un usuario en Twitter: «Para mí, la única solución al problema de la putrefacción cerebral, la basura y la falta de atención es que la gente seria que se siente angustiada por esto simplemente tiene que cortar con los medios audiovisuales. Las películas son una cosa, pero en realidad no necesitas Netflix, podcasts, TikTok, YouTube ni reels en absoluto«, comenta @realityspammer.
En realidad, está argumentando que deberíamos prescindir de los medios audiovisuales en su conjunto para recuperar el hábito lector, que no es lo que decíamos al principio. Sin embargo, llama la atención cómo establece una distinción entre «las películas» y las plataformas mainstream como Netflix o YouTube.
Aunque muchas personas dirían que ver una película (sobre todo si hablamos de películas malas) es también una forma de distracción que puede ser tóxica, la adicción que supone el contenido infinito en otros medios hace que, en contraposición, el cine sea ahora una forma cultural más exigente.
Incluso hay personas que llegan a intelectualizar los reality shows, como un producto cultural más enriquecedor que las alternativas en redes: «Creo que los programas de citas son etnografía cultural y cruciales para mostrar direccionalidad en las costumbres sociales» dice @AlmostMedia.
Todo en exceso es malo. Lo es ver demasiados reality shows, pero también leer sin parar (no hacen falta más don Quijotes por las calles), pero frente a las horas muertas haciendo scroll en redes desde el sofá o la cama, ver una película se convierte en una alternativa mejor e, incluso, en un esfuerzo mental.