Te estafan 30.000 euros, ¿puedes reclamar al banco para que devuelvan las transferencias?
Por desgracia, los casos de estafas bancarias, sobre todo afectando a personas mayores, siguen ocurriendo regularmente. Una vez el daño ya está hecho, la primera pregunta que viene a la cabeza de familiares o amigos es, qué herramientas hay para poder exigir al banco que nos devuelva el dinero.
Estas operaciones se realizan, normalmente, con transferencias bancarias, y si el estafador empieza a desplazar el dinero entre distintas cuentas, puede ser imposible recapturar los fondos, sobre todo si acaban en exchanges de criptomonedas. No obstante, algunos dicen que el banco sí que puede deshacer las transferencias si no ha pasado demasiado tiempo, mientras otros no lo creen. Existe mucha confusión al respecto, que vamos a intentar aclarar.
La última persona en comentar una situación así ha sido @Noval33t, quien este miércoles acudió a X para contar que a su suegra le acababan de estafar 30.000 euros haciéndose pasar por su hijo. «¿Alguien a quien le haya pasado puede decirnos cómo actuar?», preguntó. Explica que su suegra hizo los traspasos mediante transferencias inmediatas, que según el banco no pueden reclamarse de vuelta. «Fueron cinco transferencias a cinco cuentas distintas y las hizo en una oficina del banco. Al señor del banco le saltaron las alarmas, pero siguió aprobando transferencias», asegura.
Valeria Castro@Noval33tAcaban de estafarle 30000€ a mi suegra con trasferencias instantàneas que ha hecho voluntariamente creyendo que eran para su hijo, ¿alguien a quien le haya pasado puede decirnos còmo actuar? Estamos en shock ahora mismo… Difusiòn porfa21 de agosto, 2024 • 14:26
5.3K
197
Desde el bufete de abogados dPG Legal, examinan el tema y dan unas cuantas pautas a seguir, aclarando qué podemos esperar y qué no de nuestra entidad bancaria en un caso como este.
Responsabilidades del banco
Tal y como sostienen desde este despacho de abogados, el banco sí que tiene, en muchas ocasiones, una parte de responsabilidad que hay que exigir y reclamar. Es cierto que el Real Decreto-Ley 19/2018, de 23 de noviembre, de Servicios de Pago, incluye entre las responsabilidades del usuario «tomar las medidas razonables para proteger sus credenciales de seguridad», y «notificar sin demora indebida el extravío, la sustracción, la apropiación indebida o la utilización no autorizada», por lo que el banco puede argumentar algún tipo de negligencia en este sentido.
No obstante, el Reglamente Delegado de la Unión Europea 2018/389 recoge que las entidades deben de implantar barreras de seguridad que permitan la detección de movimientos inusuales que correspondan a actividad fraudulenta. También deben poder detectar cuando una clave personal ha sido sustraída y está siendo usada por un tercero, y cuándo algún malware está presente entre el usuario y la actividad online.
Según la Ley de Servicios de Pago, todas las operaciones han de hacerse con la autorización del usuario, ya sea mediante clave biométrica, doble autenticación u otro método, por lo que si alguien ve que, de pronto, han sacado dinero de su cuenta sin su permiso, puede reclamarlo y el banco debería devolvérselo.
Ahora bien, ¿y en casos como el comentado al principio, en el que una persona mayor autoriza, incluso en persona, las transacciones?
El contraargumento
En estos casos, el argumento que suelen utilizar los bancos es el de la grave negligencia en la conservación de sus datos personales, por lo que se lavan las manos y depositan toda la responsabilidad en el usuario. Sin embargo, hay un contraargumento efectivo que puede defenderse ante un tribunal. Y es que la Ley entiende por negligencia grave «no hacer lo que todos hacen, no prever lo que todos prevén».
Dado que este tipo de estafas no afectan a solo 5, 10 o 100 personas, sino que llegan a ser miles los afectados por este tipo de elaborados engaños, puede esgrimirse que estas estafas logran convencer a una generalidad de personas, y por tanto no debe entenderse el comportamiento como negligencia grave, apuntan desde dPG Legal. Además de ello, los bancos deben tener un sistema efectivo de monitoreo de transacciones, con el que detectar rápidamente si la transacción no es legítima.
Así, es posible argumentar que el banco incurre en un incumplimiento de su deber de vigilancia, cayendo en una «culpa invigilando» y hace recaer responsabilidad sobre la entidad, por el mal funcionamiento de la seguridad en la banca electrónica. Otras formas de detectar culpabilidad en el sistema del banco son: que no se hayan enviado SMS de notificación con cada compra realizada desde la tarjeta, impidiendo al usuario enterarse de que le están vaciando la cuenta, o permitiendo que se hagan compras que superen el límite de la tarjeta (motivo por el cual siempre es recomendable activar un límite desde nuestra app bancaria).
Dicho todo esto, lo que debería hacer un afectado por estafa de esta categoría es, en primer lugar poner una denuncia y entablar diálogo con el banco lo más rápido posible, guardando todos los datos que tengamos sobre el estafador para ayudar a su rastreo. Asimismo, habrá que contactar con abogados especializados, que podrán ayudar a la víctima a demostrar que no se incurrió en negligencia grave. Si se demuestra que la operación no estaba realmente autorizada, al no ser consciente de lo que ocurría, el banco estará obligado a compensar económicamente al afectado.
Trazabilidad del dinero
En cuanto a la posibilidad de rastrear el dinero una vez llega a manos del estafador, indican que tanto en el caso de transferencias a otras cuentas, como en el caso de que el estafador haga compras con tarjeta en comercios, es posible seguir el rastro de los fondos. El banco de la víctima puede pedir al banco destinatario de la transferencia que haga el estafador que retrotraiga este movimiento. Lo que ocurre es que el banco destinatario puede negarse, o lo que es más probable, que el estafador haya movido rápidamente el dinero a otra cuenta más difícil de rastrear (cuentas online, exchanges de criptomonedas, paraísos fiscales…).
Los pagos con tarjeta en comercios también pueden rastrearse, y el banco puede solicitar al comercio que devuelva el dinero. Esto último se refiere sobre todo a las transferencias que se pagan como si fueran compras: la app de banca digital Revolut es un ejemplo, entidad que suelen usar los estafadores, según apunta desde dPG Legal.
El caso en el que se vuelve muy difícil rastrear el dinero es cuando el estafador saque dinero de un cajero, ya que quedará registrada la ubicación del cajero, pero a partir de ahí se pierde el rastro.