No sabía si reducir la cuota o el plazo si amortizaba mi hipoteca: así descubrí la mejor opción
La compra de una nueva vivienda pasa, en la inmensa mayoría de los casos, por solicitar un préstamo hipotecario. A medida que vamos haciendo frente a las cuotas a las que nos hemos comprometido, es posible que tengamos la oportunidad de amortizar la misma. Y si nos encontramos ante esta situación, tendremos que tomar una decisión: reducir la cuota o el plazo de la misma. ¿Cuál es la mejor opción?
A lo largo de nuestra vida, es normal que tengamos que enfrentarnos a diferentes cuestiones relativas a la vivienda. Uno de los primeros interrogantes surge cuando nos planteamos la opción de vivir de alquiler o si optamos a la compra del inmueble. En el caso de que nos decantemos por esta segunda opción, la mayoría de las personas tienen que dedicar un tiempo a analizar el mercado hasta conseguir el préstamo hipotecario que mejor se adapte a su realidad económica.
Una vez lo conseguimos y vamos cumpliendo años, es posible que tengamos la oportunidad de amortizar nuestra hipoteca. Un escenario que plantea otra cuestión: ¿Reducimos el número de cuotas restantes o aprovechamos para rebajar la cuota mensual? Es lo que se conoce como amortización anticipada parcial y puede llegar a tener un gran impacto en nuestra economía.
Qué diferencia hay
Si optamos por reducir la cuota, mantendremos el plazo de amortización, pero estaremos pagando una cuota inferior cada mes. Es decir, vamos a terminar de pagar la hipoteca cuando estaba planificando, pero aportando un menor dinero mensual. Esta vía puede ser interesante si queremos que nuestra cuota mensual tenga un cada vez menor impacto sobre el dinero que ingresamos mensualmente, sin embargo, tiene la desventaja de que los intereses no van a disminuir tanto como nos gustaría.
En el caso de amortizar el plazo, mantendremos el importe de las cuotas, pero reduciremos el tiempo que queda hasta poder abonar la totalidad del préstamo. Es decir, acabaremos antes de pagarla. Es importante valorar esta opción, puesto que al disminuir el plazo de amortización, también estaremos pagando una menor cantidad de intereses, por lo que el ahorro será mayor.
Cómo tomar la decisión
Una vez conocemos las diferencias entre reducir la cuota o el plazo, es el momento de entender cuál es la mejor opción en función de nuestra situación particular. Para evitar errores, esta calculadora es una de las mejores herramientas que podemos encontrar en la red.
Lo único que debemos hacer es acceder a la misma e introducir todos los datos que se soliciten sobre nuestra hipoteca. Es decir: el capital que queda por pagar, la cantidad que queremos amortizar, los años de hipoteca faltantes y el tipo de interés que pagamos. Y es que esta serie de datos son clave para descubrir si realmente te interesa o no hacerlo a cuota o a plazo. Por lo que es una vía rápida y sencilla con la que cualquier usuario puede salir de dudas.
Ten en cuenta que una vez introducida toda esta información, deberemos pulsar sobre el botón de “Ver resultados” ubicado en la parte inferior de la página. Para que te hagas una idea, los resultados se mostrarán como en la siguiente imagen (obviamente con otros datos que varían en función de los que hayas introducido en la calculadora):
Los resultados nos permiten conocer qué diferencia existe entre reducir la cuota o el plazo. Para el ejemplo que hemos puesto, y que puedes consultar más arriba, sale más rentable reducir plazo. Sin embargo, puede que en tu caso particular la diferencia no sea tanta o que sea más favorable la reducción de la cuota. Apóyate en los datos que podrás extraer desde la propia aplicación del banco que tengas asociada a la hipoteca y rellena los datos con la máxima exactitud posible para que el resultado sea lo más fiel a la realidad.