Un súper radar de China ha detectado una burbuja de plasma sobre las pirámides de Guiza
En la lista de descubrimientos extraños que han hecho los expertos a lo largo de la historia, tenemos que añadir algo inesperado: las burbujas de plasma que han aparecido encima de las pirámides de Guiza. Lo han detectado científicos chinos por medio del uso de un nuevo súper radar que podría llegar a mostrarnos muchas cosas que se nos han pasado hasta ahora.
La idea de encontrarnos con burbujas de plasma encima de las pirámides suena bastante suculenta. Lo primero que se nos pasa por la cabeza es esa dualidad en la que convive nuestra mente por la forma en la que se pelean las ideas científicas con las paranormales. Pero, si dejamos que el lado de la ciencia gane la batalla, encontraremos la explicación a este fenómeno de una manera bastante clara. ¿Qué es lo que han detectado en las pirámides de Guiza?
Un hito para la ciencia
Gracias a este radar ha sido la primera vez en la que un equipo de científicos tiene la capacidad para hacer la detección de las burbujas de plasma mediante el uso de este tipo de tecnología. Son, en realidad, burbujas de plasma ecuatoriales, un fenómeno que se produce cuando, en la atmósfera del planeta, desaparecen de repente muchas partículas cargadas. El efecto derivado de esto es la aparición de las burbujas, normalmente en zonas donde la latitud es baja. En este caso, no solo se han detectado sobre las pirámides de Guiza, aunque no hay duda de que ha sido la detección más curiosa, sino que, de forma simultánea, también han aparecido en las Islas Midway.
Dicen los científicos que la aparición de estas burbujas de plasma se ha producido, como factor principal, por el efecto de una tormenta solar. En el momento en el que las detectaron, comenzaron a analizar su posición y descubrieron que podían llegar incluso a seguirlas para ver qué tipo de movimiento realizaban después de su aparición. Para ello han utilizado el radar LARID, el cual destaca por sus enormes dimensiones y su capacidad, gracias a la cual tiene potencia suficiente para cubrir una distancia de casi 10.000 km.
¿Qué hacen estas burbujas de plasma?
Aunque la idea de ver el plasma representado en forma de burbuja resulta interesante, la realidad es que los científicos avisan de cómo este fenómeno va más allá de la mera curiosidad. El motivo de ello es que estas burbujas pueden llegar a crecer hasta tener un tamaño gigantesco. Y no solo eso, sino que, además, son capaces de crear interferencias en sistemas de GPS y afectar a las comunicaciones por satélite que cada vez están siendo más importantes.
Desde Hainan, que se trata de la isla más poblada de todo el país, el radar realiza un trabajo prodigioso que ha llegado incluso a derribar algunas de las limitaciones con las que los científicos del mundo se habían encontrado. Al radar no le afecta la curvatura de la Tierra como a otros modelos y ha superado la capacidad que se había estimado que podría llegar a cubrir.
Así, aunque inicialmente solo cubría 3.000 km, el uso progresivo del radar y la aplicación de nuevos avances ha permitido que sus responsables le saquen mucho más partido. Para ello, el LARID utiliza un sistema por el cual emite ondas electromagnéticas que rebotan entre la ionosfera y el suelo con la intención de recorrer la máxima distancia posible. En su camino, mientras rebotan, algunas de esas ondas se cuelan dentro de las burbujas si se encuentran con ellas. En ese momento, la onda sale rebotada y llega al radar con la información obtenida en el proceso. Entre las ventajas que tiene el uso de este enorme radar se encuentra el poder hacer ajustes en tiempo real en distintos parámetros que facilitan la detección de estas burbujas de plasma y de otros fenómenos similares. Esto no se consigue por casualidad, sino gracias al gran equipamiento del que hace gala el radar, el cual tiene un total de 48 antenas que se dividen en dos subsistemas distintos.
En el futuro, los científicos chinos quieren tener más radares de las mismas características que el LARID. Hablan de su intención de disponer de, como poco, tres o cuatro modelos adicionales. Eso daría una capacidad enorme de cobertura para analizar este tipo de fenómenos y otros que también pueden pasar ocultos sin un buen sistema de radio que los detecte. Creen que hay muchos beneficios en hacerlo, en especial por si llegase el momento en el que fuera más crucial detectar estas burbujas de plasma con inmediatez para evitar posibles problemas en las comunicaciones.