Los científicos descubren que la arena de Marte y la Luna se puede utilizar para construir
El plan futuro de la humanidad de llegar a colonizar Marte y la Luna podría estar más cerca. Un grupo de científicos ha descubierto que es posible utilizar la arena de estos lugares todavía no colonizados con la intención de convertirla en ladrillos que permitan construir.
Desde la Universidad de Trinity College en Dublín, un grupo de científicos ha hecho un importante descubrimiento que podría cambiarlo todo para la futura expansión espacial. Dicen que han dado con el método que permitirá unir el regolito de Marte y la Luna con la intención de formar bloques. La manera en la que lo harán será a través de unos nanotubos de carbono que harán el trabajo a muy bajas temperaturas.
Construyendo en el espacio
Uno de los aspectos más positivos de esta forma de construir se encontrará en que el proceso de elaboración de los ladrillos requerirá muy poca energía. Eso es algo que los científicos remarcan a la vista de la manera en la que podrá influir en que sea posible construir con más facilidad de la que se podría haber imaginado. En el regolito de la Luna y Marte se uniría tanto la arena del suelo como el polvo y las rocas sueltas. Todo formaría una masa que sería clave para comenzar a construir y que así la colonización pueda tener sentido desde un punto de vista realista.
Además, comentan que no hay que dejarse engañar por la baja densidad que tienen los ladrillos que consiguen formados del regolito. El motivo de ello es que desvelan que pueden llegar a tener una fuerza de un máximo de 100 MPa y ser más resistentes incluso que algunos de los tipos de cemento que se usan en nuestro planeta. Eso prepararía el camino para que los planes de colonización pudieran comenzar a tener más posibilidades de materializarse tal y como se ha establecido en algunos de los planes revelados anteriormente.
Propiedades adicionales
Los científicos de la universidad de Dublín también comentan que estos ladrillos de regolito tienen un beneficio adicional que va a ser muy importante. Se trata de su conductividad eléctrica. Creen que, gracias a ello, será posible utilizarlos no solo como ladrillo para la construcción de estructuras, sino también para aprovechar funciones adicionales. Por ejemplo, comentan específicamente que podrían ser sensores internos que permitan realizar una monitorización completa del estado de las estructuras. Eso les permitiría descubrir si, por ejemplo, se va a producir algún tipo de problema o incidente.
Este tipo de característica sería muy útil, ya que una vez se comiencen a construir edificios y estructuras en el espacio, los científicos deberán tener el máximo apoyo posible para saber que todo va bien. Además, los responsables del descubrimiento dicen que esto va a potenciar de manera enorme los planes de colonización tanto de Marte como de la Luna a la vista de que, hasta ahora, uno de los problemas estaba en transportar materiales. Debido a que el mayor porcentaje de la materia prima usada para construir en Marte y la Luna tendrá que proceder de estos mismos lugares, el descubrimiento del regolito lo cambia todo. Así, solo una pequeña parte de los materiales tendrán que enviarse desde la Tierra, con todo lo que eso conlleva.
Por supuesto, todavía es pronto para que sepamos cuándo comenzarán a aplicar este tipo de planes. Pero en los próximos años o décadas, quién sabe, quizá comencemos a ver cómo distintas personas viven en Marte o la Luna. A corto plazo, desde Dublín mencionan que el descubrimiento que han hecho también puede llegar a ser aprovechado en la Tierra. Creen que, con un proceso similar aplicado a los materiales de nuestro planeta, se podrá reducir de manera significativa la cantidad de cemento que se utiliza para construir.
Por lo pronto, los descubrimientos realizados desde Dublín se alinean bien con teorías anteriormente planteadas que siempre han defendido la necesidad de usar materiales disponibles en Marte y la Luna para construir. A partir de aquí, estará en manos de la NASA, de empresas privadas y de otros científicos, el comenzar a establecer un plan de acción.
Como vemos, este descubrimiento podría abrir nuevas posibilidades para la sostenibilidad de las futuras misiones espaciales, rebajando enormemente su costo. Además, facilitaría la construcción de bases en Marte y la Luna, pero también revolucionaría la construcción en nuestro propio planeta. Seguiremos muy de cerca el descubrimiento para ver cómo avanza.