Antes de la pandemia españa ya tenía el problema de la enorme deuda pública a causa de los déficit presupuestarios (el estado ingresa menos de lo que gasta), que se mide en proporción al PIB (valor de todo lo que se produce durante un año), que ya estaba cerca de lo insoportable antes de la pandemia (100% del PIB), recordemos como gastaba el Gobierno antes de la crisis, como eran los viernes sociales de Pedro Sánchez, tirando de chequera con cargo al déficit. Pero surgió el temido "cisne negro para la deficitaria economía": la pandemia.
Dado que el Gobierno tardó mucho en tomar medidas contra la pandemia, porque desde enero sabían de los peligros del virus, y justo se esperó a que pasara el 8 de marzo para tomar drásticas medidas, ya con las UCI saturadas, y morían personas sin tan siquiera ser atendidas, por lo cual fue necesario un confinamiento total, extrema medida que ha destruido economía, empresas, que ha reducido PIB.
Como consecuencia ahora se se requiere más gasto público precisamente cuando ha disminuido la recaudación, y por lo tanto aún aumenta más el enorme déficit público que estaba al 100%, que significa que hace falta todo lo que se produce en un año, "sin comer ni beber", para pagar esa deuda.
El PIB ha disminuido, y por lo tanto, solo por este cambio ya aumenta la deuda pública medida por el Producto Interior Bruto (Deuda Pública/PIB), o sea que es la "tormenta perfecta, aumenta el numerador y disminuye el denominador, así que nos acercamos al límite de endeudamiento, que es cuando los mercados ya se niegan a seguir dando crédito al Estado. En la pasada crisis, a Portugal y Gracia se las intervino cuando su endeudamiento alcanzó el 140% del PIB, y recordemos que para portugal fue la reducción de sueldos y pensiones en un 30%, y del 40% en Gracia.
Si se aumentan los impuestos para contrarestar el déficit, como es el caso de españa, único país de la UE que los aumenta, eso incrementa los costes de producción y disminuye el consumo, o sea que reduce o aminora el crecimiento económico, lo que se produce (PIB), por lo tanto es otra medida contraproducente para reducir la deuda, pero es la fácil medida cortoplacista, por lo que ahora ya estamos en un escalofriante 123% de deuda pública, y el Banco de España estima que a final de este año alcancemos el 130%.
Si españa quiere evitar la intervención debe reducir gastos drásticamente, menos Administraciones, menos políticos, menos televisiones públicas o mejor ninguna, menos subvenciones, menos funcionarios y asimilados, etc. menos de todo lo que se sufrague con impuestos y que no sea estrictamente necesario, y sobre todo no subir impuestos. Por lo cual yo soy pesimista y creo que en el 2022 todos los españoles sufriremos graves consecuencias.