El coche híbrido se ha mantenido en los últimos tiempos como la gran elección entre el convencional de gasolina y el puramente eléctrico, también en lo que se refiere a su mantenimiento. Porque, al combinar lo mejor de los dos mundos, uno más tecnológico y sofisticado, y otro más simple, los cuidados que tenemos que tener con este tipo de vehículos no son los mismos, pero tienen una buena accesibilidad.
El híbrido tiene un mantenimiento más sencillo
¿Qué mantenimiento necesita un coche híbrido? ¿Es más caro que el vehículo convencional? ¿Voy a necesitar un taller más seguido? Estas y otras cuestiones son las que se hacen muchos usuarios cuando optan por adquirir un automóvil y quieren optar por modelos más ecológicos y menos contaminantes.
Y es que, obviamente, el coche híbrido está muy de moda y se ha convertido en una gran opción para muchos conductores. De hecho, cada día son más los usuarios que se decantan por estos modelos. Sea como fuere, no tenemos que sufrir si creemos que la tecnología actual sobre hibridación está en mantillas y poco desarrollada, pues no es cierto.
La verdad es que está todo muy avanzado, los precios no se elevan y los vehículos funcionan perfectamente con tanto mantenimiento como con cualquier otro convencional. Así, lo cierto es que es mucho más sencilla y práctica que en otro tipo de vehículos, mejorando las prestaciones de otros sistemas sin necesidad de utilizar piezas más complejas, lo que le hace tener un mantenimiento más simple.
Cómo es
De todas formas, es imperativo que recurramos siempre a las piezas aconsejadas por la marca. Los de tecnología híbrida, bien sean HEV (autorrecargables) o PHEV (enchufables), tienen diferentes sistemas de frenado, enfriamiento, aire acondicionado, baterías… y el especialista sabe lo que necesitarán.
Como ya sabrás, las baterías de estos vehículos son bastante caras, por eso es esencial que no nos fiemos de un mecánico que prometa los mismos resultados por menos dinero: a largo plazo el resultado podrá tener costes muy superiores al ahorro inmediato. Con todo, el mantenimiento o revisión del híbrido es prioritaria llevarla a cabo cuando corresponda: ya sea porque ha transcurrido el periodo de años estipulado por el fabricante de tu vehículo o porque el cuentakilómetros ya empieza a darte pistas de que has recorrido más kilómetros de los recomendados sin pasar la revisión.
Normalmente, el cambio de aceite, el cambio del filtro del aire, la revisión de la presión de los neumáticos son algunos de los principales puntos de control a revisar en cualquier cita, pero hay otros que son propios del mismo. Esto es porque hay piezas que este tipo de coches no se prestan o, directamente, no se dan. Entre ellos se encuentra la caja de cambios, el alternador, motor de arranque y correa de accesorios, que no será necesario revisar puesto que no cuentan con ellos.
Ahí entran las baterías, donde, al contar con dos, es necesario especificar que sucede con cada una. Respecto a la batería convencional, esta si que tiene que ser revisada de forma periódica igual que la de los coches diésel y gasolina. Sin embargo, la batería propia de los híbridos eléctricos tienen una vida útil mucho mayor por lo que no se tiene que revisar cada poco: son baterías de larguísima duración (ocho años, aproximadamente),
En cuanto al cambio de discos de freno, pastillas, y cambio de neumáticos, esto es igual que en cualquier otro coche: hay que revisarlo para asegurar que no tiene un desgaste excesivo y que siguen cumpliendo correctamente su función. Asimismo, esta clase de vehículos cuentan con cambio automático, por lo que el embrague es innecesario.
Cada cuánto hay que revisarlos y sus costes
Entonces, ¿sus costes son superiores? No precisamente. Esto no será un problema, de hecho es una de sus grandes ventajas, pues no es demasiado elevado y con la tecnología y conocimientos actuales, no difiere del vehículo convencional de combustión interna. Variando según el fabricante, lo más habitual es que estas revisiones se produzcan entre los 15.000 y los 30.000 km.
Mientras que el coste medio, según los modelos, puede ser de unos 150 euros por año, como especifica Toyota. El coste de mantenimiento a 10 años de un vehículo híbrido eléctrico puede ser hasta un 80% más barato con respecto a un gasolina y hasta un 90% más barato con respecto a un diésel.