Si el segmento de vehículos eléctricos ya está alcanzando un nivel considerable en el mercado, a lo largo de los años también han surgido otros como los coches híbridos de gas. Un tipo de automóvil que se antoja como una de las propuestas alternativas preferidas para los de combustión tradicionales, pero sobre todo para los eléctricos (también por su coste). ¿Qué tenemos que tener en cuenta con ellos?
Los híbridos de gas, más limpios y respetuosos
La propulsion con gas, ya sea GLP o GNC, cada vez está más extendida. Esto vino, sobre todo, con la aparición de las restricciones al tráfico en las grandes ciudades, lo que hizo que popularidad fuese en un aumento constante. En otros mercados se usan desde hace años, donde en España ya es posible escoger entre un amplio abanico de modelos de varias marcas y segmentos. Todos cuentan con la etiqueta ECO, la misma que incluyen el resto de vehículos híbridos.
Porque sí, estos coches utilizan una tecnología híbrida. Lo único que, en vez de usar la combinación de un motor de combustión interna y uno o varios motores eléctricos, lo hacen con un único motor de combustión interna capacitado para utilizar gas como combustible, lo que los hace ser más ecológicos que los convencionales.
Ambas opciones presentan unos datos más respetuosos con el medio ambiente que los habituales combustibles fósiles que utilizamos en nuestros automóviles. Ya sean las emisiones de CO2, los óxidos de nitrógeno o las partículas sin quemar, los motores de gas son más limpios.
Los dos tipos de híbridos a gas
De hecho, ya están dando de qué hablar, con lo que prometen ser una solución a corto plazo. No obstante, existen diferencias entre estas dos tecnologías mencionadas, por lo que no debemos generalizar cuando hablamos de ellos. En la actualidad se establecen dos tipos de variantes. Estas son las de gas natural comprimido, reconocido por sus siglas GNC, y el gas licuado del petróleo, aquí GLP.
Aportando una serie de especificaciones propias, los coches híbridos de gas se postulan ante los de gasolina o el diésel convencional. Así, diferencian entre sí por sus características, tipo de repostaje, precio, consumo o prestaciones.
En el caso de los GNC, son vehículos bifuel: coches con un solo motor, de combustión interna, pero que pueden utilizar indistintamente dos combustibles, gasolina o gas natural. Esto es particularmente, lo que más lo diferencia de un GNP de gas licuado del petróleo. En este caso, son vehículos de gasolina adaptados para circular con un tipo de gas que procede del petróleo. Trabajan a partir de un carburante que, gracias una mezcla entre propano y butano, es capaz de reducir las emisiones y ahorrar carburante.
Qué ventajas suponen
Estos tipos de vehículos se caracterizan por combinar dos tanques de combustible: uno convencional (gasolina) y otro de gas licuado de petróleo. El propulsor, por tanto, pasa a ser bifuel y está preparado para funcionar con ambos combustibles.
Al mismo tiempo, y al igual que los híbridos eléctricos, enchufables, y 100% eléctricos, los vehículos propulsados por gas hacen que contemos también con una serie de ventajas, a cada cual más interesante, en lo que respecta no sólo al medio ambiente, principal factor, sino también al propio conductor y usuario en el día a día.
- Menor coste. El GNC es más económico que la gasolina o el diésel, por tanto, el coste en kilómetros es inferior.
- Etiqueta ECO. Tienen la etiqueta ambiental ECO de la DGT ya que emiten unos niveles de CO2 mucho menores que los coches diésel o los de gasolina.
- Ayudas disponibles. Este tipo de coches ecológicos cuenta con ayudas para favorecer la compra de vehículos menos contaminantes.
- Bonificación en el impuesto de circulación. Los vehículos propulsados por gas natural comprimido cuentan con un descuento en el pago de este impuesto.
- Carril BUS/VAO. En casos determinados estos coches pueden circular por el carril Bus Vao, destinados a reducir el número de coches en las ciudades.
- Estacionamiento más económico. Al ser menos contaminantes estos coches cuentan con descuentos en tarifas de parquímetros del Servicio de Estacionamiento Regulado.
¿Cómo funcionan?
En el caso de los GLC, contamos con una versión que, a grandes rasgos, es la más popular de este segmento luego de los híbridos eléctricos y enchufables. Aquí se utiliza un compuesto llamado metano, similar al que solemos utilizar en las cocinas de casa. Este gas natural comprimido es un hidrocarburo que se extrae de pozos, del cual existen muchas más reservas disponibles y está mejor distribuido globalmente.
A su vez, se le considera una fuente de energía más fiable debido, sobre todo, a que su suministro no está sujeto a un oligopolio. Es un gas liviano que no puede licuarse por compresión sin enfriarlo antes a -161ºC. Por este motivo, en los coches híbrido a este gas, se almacena comprimido a una presión de unos 300 bares, lo que permite cargar entre 15 y 20 kilos, cantidad suficiente para cubrir alrededor de 350-400 km.
A su distancia está el GLP, o gas licuado de petróleo. Nos referimos a un carburante alternativo. Este, en su lugar, mezcla propano y butano, y que ofrece las mismas prestaciones que los tradicionales. Además, reduce las emisiones y ahorra el gasto en carburante. Estos vehículos son similares a los de combustible tradicionales ya que el autogas se emplea con motores de gasolina.
Tienen la misma tecnología, las mismas prestaciones y similares tiempos de repostaje. Eso sí, a la hora de su conducción, sentiremos que será más suave, silenciosa y sin vibraciones. Su principal ventaja es que disponen de dos depósitos (gasolina y gas), proporcionando al coche una mayor autonomía. Pero también ofrece un ahorro en el gasto de carburante de hasta un 40%.
Instalado en el fondo del maletero, es el lugar del que surgen las canalizaciones que lo llevan hasta el motor. Un reductor-vaporizador regula la presión y lo convierte en el gas con el que se alimentan los inyectores que lo llevan hasta los cilindros. Por su parte, la gran ventaja es que deriva del precio del combustible, donde cada litro puede costar la mitad que uno de gasolina. Con respecto a los vehículos convencionales, el rendimiento de estos coches híbridos de gas GLP es similar.
Características principales
A grandes rasgos, la función de este tipo de automóviles supone una cierta diferencia para el corto plazo de la movilidad, atendiendo a que el futuro será de los eléctricos. Como hemos visto, y gracias a su funcionalidad sobre el gas frente a la gasolina, aportan no sólo una serie d ventajas, sino también unas características que las hacen propias.
En efecto, contraen una serie de particularidades que, sin ser todo lo práctico que puede ocurrir en los de nueva generación, sí los convierten en algo favorable para un mejor uso. Entre las varias que resaltan, y que los muestran altamente beneficiosos, destacan las de un mejor ahorro en combustible, una menor contaminación o, por ejemplo, su menor densidad.
Ahorro en combustible y amplio rango de autonomía
Si hay una característica que sobresale por encima de las otras, es su ahorro en combustible. Y es que, estos vehículos gastan mucho menos que los comunes de combustión interna de un solo combustible. De ahí que, como mencionábamos, suponga una notable ventaja y se note en el bolsillo el coste inferior.
Con números precisos, el consumo de gas cada 100 km es de unos 9,20 litros de media. Por lo que con un litro de GLP podemos recorrer unos 11 kilómetros.
Al mismo tiempo, la autonomía del tanque de gas natural comprimido y gas licuado de petróleo oscila entre los 300 y los 400 kilómetros teóricos, a lo que hay que sumarle la que ofrece el depósito de gasolina. De esta manera, los coches de GLP pueden ofrecer un amplio rango combinando ambos tanques.
Menor contaminación
Otro punto muy favorable para estos vehículos lo encontramos en la menor contaminación. En estos coches impulsados por gas natural encontramos una emisión de CO2 muy inferior, por lo que se reducen los peligrosos NOx que tantos problemas respiratorios provocan en la población.
En un vehículo a GLP, por cada litro de gas licuado del petróleo que se consume a los 100 km, se emiten unos 16,2 g/km de CO₂. Mientras que en un vehículo a gas natural, por cada metro cúbico de gas que se consuma a los 100 km, se emiten aproximadamente unos 17,7 g/km de CO₂.
Menor densidad
No debemos confundir los coches de gasolina e híbridos a gas con los eléctricos o híbridos, así pues. En este caso, recordemos, no se ubican dos motores, sino al menos dos depósitos, uno para guardar la gasolina y otro u otros para el gas natural, que se reserva en tanques a 200 bares de presión.
Es por ello que cuando hablamos de gas natural, nos referimos básicamente al metano. En este caso, hablamos de un material que es menos denso que el aire, de ahí que se deban evitar fugas. No obstante, si sucediese, es un gas que se ventila con suma facilidad.
Repostaje rápido
A la hora de repostar, cualquiera de los modelos de coches híbridos a gas natural o petróleo lo hará igual que con uno de gasolina o diésel. Además, y con un proceso rápido, en pocos minutos los tanques estarán completos y listos para seguir la marcha. Además, y diferenciándose de los vehículos electrificados, la red de infraestructuras es bastante más amplia.
La red más extensa de repostaje actualmente es la de GLP, con un total de 620 estaciones de servicio con este combustible. También son el tipo de vehículos con combustibles alternativos que más han crecido en ventas en los últimos trimestres. En la actualidad, las principales ciudades españolas cuentan por lo menos con un surtidor de GLP y GNC.
