¿Se encuentra la Ley Sinde nadando contra corriente en el ámbito judicial?

¿Se encuentra la Ley Sinde nadando contra corriente en el ámbito judicial?

Javier Sanz

La antipopular Ley Sinde (o Sinde-Wert)  fue presentada el año pasado por el ejecutivo y por la industria como «un buen punto de partida» para lograr un sistema más justo y adaptado a los nuevos tiempos. Meses después, las dudas sobre su utilidad siguen multiplicándose e incluso choca frontalmente con los tribunales en muchas ocasiones.

La justicia es demasiado lenta y no puede reaccionar a tiempo en casos como los cierres de páginas de Internet. Este era uno de los principales argumentos de los arquitectos de la Ley Sinde para vender las bondades que suponía encontrar un camino más rápido para combatir a los que se lucran de manera ilegal del trabajo honrado de otros muchos. En una interesante columna de Libertad Digital, el periodista y especialista de internet Daniel Rodríguez Herrera reflexiona sobre la particular paradoja que vive esta ley en nuestros días. Creada en su día para hacer justicia pero basada en retirar libertades de los ciudadanos que los tribunales están en su obligación de proteger.

Rodríguez Herrera asegura que el problema de base de la Ley Sinde radica en que está especialmente diseñada para cerrar páginas web que los jueces consideran totalmente legales con la Ley en la mano. Es más, estos jueces se encuentran en la obligación de proteger estas páginas para garantizar la libertad en nuestra sociedad.

No parece muy efectivo para una ley antipiratería el tomar el camino opuesto al que toma la justicia para lograr sus objetivos. Como muestra solo cabe comprobar que, salvo en casos especiales, los tribunales están descartando el tomar ningún tipo de acción ante los acusados por no encontrar evidencias de delito. Tal y como ya comunicó ADSLzone, Cinetube fue declarada legal por los tribunales hace escasos días. No se trata de una página más, sino de uno de los principales componentes del «eje del mal» de la pitatería cuyo cierre había sido declarado como un triunfo por parte de sus persecutores.

Parece por lo tanto una decisión poco acertada la de no contar con la vía del derecho a la hora de diseñar un plan de medidas restrictivas para las libertades de los usuarios, especialmente en  un servicio fundamental en nuestra sociedad como Internet. Seguiremos atentos a las evoluciones de la ley en un futuro pero sin duda no parece que vaya a suponer el hito histórico que se aseguró en su presentación. Mientras tanto, el actual ministro de Educación, Cultura y Deporte José Ignacio Wert parece hacer caso omiso de las señales que llegan desde los tribunales y asegura que a partir del 1 de marzo comenzará una nueva fase del cierre de páginas.

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