Durante los últimos días se expandió con fuerza la última falsa alarma sobre el supuesto cobro por la utilización de WhatsApp. La compañía no ha tardado en desmentir dicha información, ya que es la principal beneficiada de que esta plataforma sea gratis para el usuario final.
Los servicios de mensajería instantánea han conseguido calar entre millones de usuario de telefonía móvil. WhatsApp, en concreto, es uno de los impulsores de estas plataformas que han logrado que los SMS se encuentren en una profunda crisis. Millones de usuarios emplean esta aplicación, lo que la convierte en una de las nuevas excusas para la creación de bulos en la Red y que se difunden por el propio servicio.
En 2011 sus desarrolladores ya tuvieron que calmar a sus usuarios cuando se propagó con fuerza el rumor sobre qué pasaría a cobrar por cada mensaje enviado. El presente 2012 también comenzó con la difusión de este tipo de mensajes, desmentidos por los creadores del programa en su propio blog. «Por favor, tened claro que esto es una broma y que no hay nada de cierto en ella. Aunque nos mola haber salido en Hoax Slayer, preferiríamos trabajar en nuevas características que tener que dedicarnos a desmentir tonterías como estas», explicaron hace unos días.
Pero, ¿por qué es gratis utilizar WhatsApp? La descarga de la aplicación es gratuita en la mayoría de los casos (los usuarios de iPhone deben pagar 0,79 euros), aunque tanto los usuarios de Android como iPhone teóricamente pagan por el servicio una vez cumplido el primer año, esto nunca sucede, puesto que con cada actualización del programa el contador vuelve a iniciarse desde cero. ¿Cómo consiguen fondos sus desarrolladores? Según leemos en un interesante artículo de lainformación.com, se juntan varios factores que permiten no sólo que WhatsApp sea una empresa sostenible, sino que a medio y largo plazo vaya a ser vendida por una suculenta cantidad económica.
La compañía, que apenas tiene gastos en personal y sostenimiento, recibe liquidez de fondos de inversión, que ven en WhatsApp una apuesta a largo plazo. «Es una empresa con muy pocos gastos y un potencial de venta muy grande. Cualquier operador del mundo querría comprarla, porque se llevaría a millones de clientes a los que podría insertar, por ejemplo, publicidad. ¿Su precio? 300, 500, 1.000 millones de dólares… En cualquier caso, sería una cantidad exagerada respecto a lo que ha costado montar y mantener WhatsApp», explica Pau Garcia-Milà i Puyol, director de Eye Os.
Aunque no le faltan problemas técnicos que se traducen en caídas del servicio con mayor constancia de lo que se desearía o el apartado del cifrado de sus mensajes, WhatsApp se ha convertido en la solución ideal para millones de usuarios que satisfacen con la aplicación la necesidad de comunicarse con sus conocidos. Por ello, resulta totalmente impensable que el servicio vaya a facturar por mensaje, sonido o imagen enviados.